Pico San Millán: subida por la cara norte y descenso por el Barranco de Abanza.

  • Tipos de ruta: circular.
  • Señalización: hitos sueltos; alguna baliza.
  • Distancia: 15,99 Kms.
  • Dificultad: difícil con exigencia media-alta.
  • Duración aproximada de la ruta: 6.30-7 horas.
  • Desnivel: 1.251 m.
  • Altitud mínima: 1.040 m
  • Altitud máxima: 2.131 m

Reseña

También conocido como El Torruco o el Pontón por muchos lugareños, el Pico San Millán (2.131 m) es la cumbre más elevada de la provincia burgalesa y el segundo en altitud de la Sierra de la Demanda, únicamente superado por el San Lorenzo (2.271 m) en su pendiente riojana. Este gigante burgalés, localizado en la Sierra de la Demanda, entre las poblaciones de Pineda de la Sierra, Barbadillo de Herreros y Santa Cruz del Valle Urbión, ofrece un gran contraste en sus dos vertientes. Su cara norte es bastante vertical y cortada y, en ella, pueden verse claramente los efectos del glaciarismo, del agua y del viento que la azotan desde el septentrión. Su cara sur, en cambio, es más extendida, redondeada y con vegetación más abundante. La cima puede abordarse desde el Puerto del Manquillo, opción más asequible, o desde cualquiera de las poblaciones citadas, pero hoy hemos elegido la más dura y completa: su lado norte, con el objetivo de ascender con nieve y hielo al techo de la provincia de Burgos, cruzar el circo glaciar completamente nevado, superar el paso del Portillo, pasear por el cordal helado y, si el día está despejado, disfrutar de las impresionantes vistas que pueden contemplarse desde su vértice geodésico.

Es una bellísima ruta de montaña, que, en invierno, la estimamos muy dura y nada recomendable para montañeros que no estén en buena forma y tengan un gran dominio de los materiales necesarios para ascender entre nieve y hielo. Además, en los dos últimos kilómetros se hace más exigente todavía, ya que hemos de subir un desnivel muy acusado de más de 500 metros en una distancia corta. El camino por el cordal es bastante cómodo. La bajada, por otra parte, no presenta ninguna dificultad, ya que transcurre por amplios descampados y sendas muy bien protegidas. En resumen, que la ruta es un gran reto en invierno y un buen aliciente para pasar un gran día de montaña en cualquier otra época del año. Teniendo cuidado de elegir un día despejado para gozar de las magníficas panorámicas del entorno y equipándose bien, de acuerdo a la época del año en que la realizamos, el recorrido puede cubrir muy bien las expectativas de los montañeros más exigentes.

Descripción del recorrido

Ver video de la subida a la cima con Relive

Nota del autor sobre el video: este día no pudimos coronar y hacer la ruta completa por culpa de la densa niebla, la escasa visibilidad , el fuerte viento y el pésimo estado del suelo. Lo logramos unos días después, aunque con menos nieve.

Salimos por el área recreativa, cruzamos el puente que sortea el río Urbión, que nos acompañará durante un buen tramo del recorrido de subida, y nos vamos hasta una intersección en la que tenemos la opción de ascender por las Cascadas de Altuzarra o seguir el camino por el Valle del río Urbión. Tomamos esta segunda opción. Seguimos avanzando y cruzaremos el Puente Tres Aguas y algunos puentes más, que nos van cambiando de un margen al otro del río. En el km 2,7, encontramos una choza peculiar que los lugareños denominan: Laguarra. Entramos en su interior para comprobar que es un lugar muy pequeño, pero idóneo para salvar las inclemencias del tiempo. Retomamos el camino y vamos pegados al cauce del río. En algunas ocasiones nos vemos obligados a vadear el río de roca en roca procurando no resbalar. Poco a poco, el camino se endurece. Pasamos por el haya de Enrique del Rivero, cruzamos el arroyo de la Tejera y alcanzamos otro pequeño refugio o choza: El Palancar (km 4,7). Nos toca cruzar otro arroyo: El Mayor, justo un poco antes del abandonar el bosque. Unos metros más y llegamos a la Majada de San Millán, donde vemos un tercer refugio (km 5,9), que toma el mismo nombre que la cumbre, y la bonita cascada del arroyo Mayor que lanza un chorro importante. Estamos a punto de coronar y toca tomar la decisión de si hacerlo por la central o por el Portillo. Como el tiempo es claro y hoy hay menos nieve y más blanda que el día anterior en el que tuvimos que abandonar cerca de la cumbre, el Portillo parece la mejor opción. Este kilómetro y medio se hace duro, pues hemos de salvar casi 400 metros de desnivel en tan corta distancia. Una vez en el Portillo, nos queda la parte más arriesgada y difícil de toda la subida: ascender otros 100 metros de desnivel en apenas 300 metros, salvar una pequeña brecha con nieve y alcanzar el cordal que nos llevará al techo de Burgos (2.131m). Como hoy el día está despejado, nos tomamos un buen tiempo para descansar, reponer energías y gozar de las impresionantes vistas. Para la bajada, volvemos al cordal que va en dirección a los Trigazas; a unos 500 metros, vemos abajo una laguna, cuyo nombre hace también honor al techo de Burgos. Acostumbrados a verla casi seca en otras épocas del año, en esta ocasión nos hace ilusión contemplarla helada y resplandeciente. Continuamos camino y pasamos primero por el Collado Flecho (1.900m) y, poco después, por el Collado de Sierra Llana (1.983m), donde unos hitos nos invitan a abandonar la cuerda e irnos por la derecha. Tomamos la loma de descenso hacia la Majada de los Carneros. El camino, con poca nieve y blanda, es tan limpio y fácil que, casi sin darnos cuenta, hemos hecho estos dos kilómetros hasta la Majada de Garrula, alto en el que vemos varios vestigios de que estamos en una zona de pastoreo. Desde un pequeño collado, próximo a una choza, tenemos unas impresionantes vistas de los de los Picos Trigaza y San Millán.
La ruta sigue descendiendo y nos vamos al otro lado de la majada, donde arranca una angosta y preciosa vereda que baja hasta el Barranco de Abanza. Cruzamos el arroyo por una pasarela, recientemente renovada aunque en frágil estado; la senda da paso, poco a poco, a un amplio camino que nos llevará de regreso al refugio Zarcia, donde damos por concluida esta intensa y maravillosa ruta invernal.


Mapa y elevación

Enlace Wikiloc

Puntos de interés / Waypoints

Refugio de Zarcia ( 1.040 m)

El refugio de Zarcia, pequeña choza sin más, es el punto de partida de varias rutas que conducen al Pico San Millán y a las Lagunas de Altuzarra. Situado a unos 4 kilómetros del pueblo de Santa Cruz del Valle Urbión y a 45 de la capital burgalesa, es un bonito lugar para pernoctar e iniciar la ruta al día siguiente. A su lado, hay un área recreativa con mesas, sillas y agua que nos ayudará mucho a disfrutar de nuestra estancia en este precioso entorno natural.

Hayedo del río Urbión y Choza Laguarra ( 1.155 m)

Avanzando junto al bravío y cristalino río Urbión encontramos este precioso valle repleto de hermosas hayas -una de ellas dedicada al historiador y fotógrafo burgalés Enrique del Rivero-, bien conservadas y, hoy, completamente nevadas y ofreciendo imágenes inimaginables. Justo en la confluencia entre el río y el arroyo Itúrbero se encuentra una pequeña choza, popularmente conocida como Laguarra, bien preparada para acogernos en caso de tener la necesidad de refugiarnos por el mal tiempo.

El Palancar y el Arroyo Mayor

Preciosa zona, también habitada por hayas principalmente, en la que encontramos un refugio bien equipado e ideal para protegerse de las inclemencias del tiempo, El Palancar (1.395 m). Junto al camino, nos acompaña el Arroyo o Río Mayor, que entrega sus aguas al río Urbión, deleitándonos con maravillosas imágenes de agua, nieve y vegetación mezclándose misteriosamente.

Pico San Millán (2.132 m)

El San Millán o Torruco forma parte de la Sierra a la que da nombre, conjunto montañoso que pertenece al Sistema Ibérico, sirviendo de frontera natural a las comarcas de Montes de Oca y la Demanda. Es la cumbre más alta (2131 m) y una de las más emblemáticas de Burgos. En su cima, podemos disfrutar de todos los elementos que adornan el techo de una provincia: un vértice geodésico, un belén, una cruz, una placa conmemorativa y varios buzones correspondientes a varios grupos de montaña; parece ser que, antaño, también hubo una ermita, perteneciente a Santa Cruz, que habría desaparecido por las dificultades de acceso al lugar. Desde su cúspide, tenemos una bellísima panorámica con impresionantes vistas del Valle del Urbión y de sus praderas al fondo, de la Sierra del Mencilla, Sierra de la Demanda, Sierra de Urbión, y, en días claros, no es extraño que podamos avistar la Montaña Palentina y el Sistema Central.

Collados Flecho (1.900 m) y Sierra Llana (1.983 m)

Camino de los Trigazas, atravesamos estos dos collados desde donde tenemos, a nuestra derecha, unas preciosas vistas del circo glaciar y del Valle del río Urbión.

Majadas de los Carneros (1.630) y de Garrula (1.530).

Barranco de Abanzo

Avisos y recomendaciones

Se trata de una de los parajes más hermosos de la Sierra de la Demanda burgalesa, en el que vas a quedar deslumbrado por los paisajes singulares que vas encontrando por el camino. La ruta sólo esta señalizada en algunos tramos iniciales, lo que nos obliga a estar muy atentos al track.
Subir el Pico de San Millán por la cara norte es difícil en cualquier época del año; en invierno, es especial, sorprendente y muy arriesgado porque suele haber grandes capas de nieve y hielo; exige llevar ropa de abrigo y material adecuado: piolet, crampones …, y no olvidar que es una zona peligrosa en la que todas las precauciones son pocas.. Ya ha habido varios accidentes mortales en este lado de la montaña.

Más información en los siguientes enlaces:

Ayuntamiento de Pineda de la Sierra: http://www.pinedadelasierra.es/lugares-interes

https://es.wikipedia.org/wiki/Pineda_de_la_Sierra

https://www.wikiburgos.es/wiki/Pineda_de_la_Sierra

https://www.arteguias.com/iglesia/pinedasierra.htm

Necrópolis Altomedievales de Castrillo de la Reina.

  • Tipo de ruta: circular
  • Señalización: sólo algunos tramos.
  • Distancia: 15,240 Kms.
  • Dificultad: fácil con exigencia media.
  • Duración aproximada de la ruta: 4h-4h30
  • Desnivel: 230 m.
  • Altitud mínima: 965 m
  • Altitud máxima: 1040 m

Reseña

Esta preciosa ruta se inicia y tiene su fin en la villa de Castrillo de la Reina, localidad que se encuentra en el sureste de la provincia de Burgos, en la Sierra de la Demanda, a 6 kms de Salas de los Infantes y a 61 de Burgos. Castrillo es bien conocido por la excelente conservación de sus casas, por el mimo que ponen sus gentes en la elaboración y exhibición de sus preciosos trajes regionales, por haberse hallado en sus tierras huellas de dinosaurios y magníficos ejemplares de árboles fósiles como el de Matalaguna, y, sobre todo, por su pasión por el teatro: en agosto, los vecinos del pueblo, dirigidos por el profesor e investigador Abilio Abad, hacen una magnífica representación de la obra “Los Siete Infantes de Lara” enfrente del atrio de su iglesia. Pasa desapercibido, no obstante, que este bonito pueblo está rodeado de interesantes necrópolis del Alto Medievo: La Covacha de Santiuste, El Villar, La Cueva de los Moros o de las Monjas, Veguillas del Mercado, Saélices o San Felices y Santa Ana.

La caminata de hoy tiene, precisamente, el objetivo de descubrir o topar con  las ruinas de estas seis necrópolis que forman parte del patrimonio arqueológico de este término municipal, a la vez que vamos contemplando la bonita mezcla de robles, pinos, estepas, helechos y especies animales que conforman el cautivador hábitat natural de esta bella localidad serrana. No hemos incluido la necrópolis de Hornillos ni la de Aguamediano o Gozmediano por encontrarse a desmano y en terreno de Ledanías; no obstante, la primera puede visitarse fácilmente en coche, ya que se encuentra ubicada junto al observatorio de aves que hay en la presa de cola de Los Vados y al lado de una tenada en ruinas. La segunda es mejor abordarla desde Monasterio de la Sierra.

El recorrido que os proponemos es sencillo, aunque un poco largo. Debido a su escasa señalización, ofrece la dificultad de tener que ir muy atentos al track, y de tener que andar por algunos tramos en mal estado, dificultad que se ve altamente compensada por la cantidad de atractivos naturales, paleontológicos e históricos que nos ofrecen el pueblo y sus alrededores. En apenas cinco horas, podemos acercarnos a un lugar tan evocador como la Cueva de los Moros, pasear entre bonitos robledales, perdernos en la contemplación de preciosas vistas desde el balcón natural de la Muela, visitar peculiares habitats naturales, disfrutar de un paisaje original y diferente, o relajarnos en un lugar cargado de múltiples atractivos, sobre todo, en las épocas de primavera y otoño.

Descripción del recorrido.

Asesorados por Abilio Abad, natural de la villa, investigador y gran conocedor de la historia de Castrillo y Ledanías; acompañados de nuestro amigo Alberto Carretero, también vecino del pueblo y frecuente compañero de ruta y corredor de carreras de montaña, salimos de la Plaza de Felipe VI, donde está el Ayuntamiento y la Iglesia de San Esteban. Nos dirigimos por la carretera comarcal CL-117 a lo alto del pueblo, donde está situada la primera necrópolis: la Covacha de Santiuste. Pronto vemos un panel informativo que nos explica que se trata de un yacimiento religioso-funerario, de los siglos IX-X, formado por una ermita semirupestre cavada en la roca, cinco tumbas antropomorfas y algunos vestigios de habitáculos. Tras esta primera visita, bajamos a la carretera, la cruzamos y nos acercamos a un precioso lavadero, magníficamente conservado, y a una fuente que «los de Castrillo» distinguen como «de arriba». La ruta puede continuarse por un amplio camino, pero tomamos una bonita vereda, que avanza sobre las rocas primero y entre una gran cantidad de matorrales de roble y estepas después, que desemboca en un camino rodado que llega casi hasta la carretera comarcal CL-117. Al llegar a la calzada, nos desviamos a la derecha para aproximarnos a una inmensa cantera de piedra arenisca, que podemos ver desde lo alto y, posteriormente, desde la puerta de entrada. Seguimos descendiendo y, en una pequeña pradera, cogemos una angosta senda que nos llevará a la necrópolis de El Villar, primero, y hasta la Covacha de los Moros después.
En el pequeño trayecto de ida y vuelta a la Covacha, vemos las ruinas del Molino del Soto, de escaso interés, y una gran vega repleta de chopos. En la cueva, nos sorprende el perfecto estado de la mayoría de las tumbas antropomorfas, teniendo la sensación de que nos encontramos en un cementerio de lujo. Larga parada para disfrutar de la paz y el silencio del lugar y regreso en dirección a Castrillo. Desandamos algo más de un kilómetro y, en la pradera en la que nos habíamos desviado anteriormente, nos vamos ahora por el camino tradicional que viene desde Castrillo. Tendremos, un poco más adelante que nos encontramos en un cruce de caminos (km 6,3), la posibilidad de hacer la ruta básica de sólo 4 necrópolis y regresar a Castrillo por un camino de zahorra que nos lleva directamente al acceso a la Muela; sin embargo, la aventura sigue y no deberíamos abandonar. Torcemos a la izquierda para visitar el molino de Valcornejo, éste bien reconstruido y habitado, y salimos a la carretera de Moncalvillo, BU-V-8222. Desde la confluencia con el camino ascendemos por la izquierda para buscar el despoblado más complicado: Veguillas del Mercado. En él, sólo queda una tumba antropomorfa, aunque intuimos que pudo haber habido más estructuras altomedievales que no están documentadas. Para seguir con nuestra andanza, volvemos a la carretera, la cruzamos y nos vamos por el camino que hay al otro lado. Pronto vemos las vías que aún siguen ahí desde que dejara de funcionar el ferrocarril en 1975. Seguimos una bonita senda que va paralela a las vías, primero por la izquierda y luego por la derecha, hasta llegar al río Saelices. Hoy, tenemos suerte y su bajo caudal nos permite vadearlo fácilmente. Apenas unos 400 metros y habremos llegado a los restos del despoblado de Saelices o San Felices. Ya sólo nos queda Santa Ana. Como el cementerio está situado en lo alto del Cerro de la Muela, nos dirigimos hacia el pueblo por un camino rodado y una pista forestal que desemboca junto a la Calle Mayor, donde cogemos una angosta vereda que nos sube hasta la ermita. Tras una placentera estancia en el banco que desde la parte trasera de la ermita mira a la Peña de Carazo, descendemos hasta la Plaza Mayor, entramos en el atrio de la iglesia para ver detenidamente su bella portada, y damos por finalizada la ruta.

Mapa y elevación

Enlace Wikiloc

Necrópolis de Santiuste.

Localizada en un montículo situado en la parte alta de Castrillo de la Reina, se trata de un yacimiento religioso-funerario, de los siglos IX-X, formado por una ermita semirupestre, cinco tumbas antropomorfas y algunos vestigios de habitáculos. Popularmente se la conoce como Covacha de Santiuste.

Necrópolis de El Villar.

Situada a unos dos kilómetros al Suroeste de Castrillo. Conserva El Villar o, lo que es lo mismo, despoblado de Villanueva de Turón 9 tumbas antropomorfas y algunas de lajas. Con dificultad, también pueden localizarse las improntas de lo que pudo ser una antigua ermita.

Cueva de los Moros o de las Monjas.

Situada a dos kilómetros al sureste de Castrillo, esta cueva natural sorprende por el buen estado de  sus 9 tumbas antropomorfas, teniendo la sensación de que visitamos un cementerio de lujo. Llaman la atención los hermosos relieves en el techo y defrauda la imposibilidad de leer el cartel informativo que preside este eremitorio rupestre. Está documentada la existencia de un poblado, al que pertenecía el cementerio, conocido como Valdefornos. En algunos documentos antiguos también se le menciona con el nombre de San Salvador.

Despoblado de Veguillas del Mercado

Está muy escondido y sólo queda una tumba antropomorfa, aunque pudo haber habido más estructuras altomedievales que permanezcan enterradas.

Necrópolis de Saélices o San Felices.

Se localiza junto al río Saélices, a 3 kilómetros al sur de Castrillo de la Reina y en dirección a Hacinas. En la necrópolis pueden contarse veinte tumbas antropomorfas, algunas de ellas dobles, sobre el borde del cortado rocoso.

Ermita y necrópolis de Santa Ana

Este cementerio está ubicado en el Cerro de la Muela, el recinto más querido y frecuentado por los castrillenses.  Junto a la Ermita que preside el Alto de la Muela, hay cinco tumbas que certifican que estamos ante otra necrópolis. El lugar es hermoso y tiene unas fantásticas vistas de varios pueblos de alrededor. En el recinto, podemos comprobar que estamos en un pueblo caracterizado por sus árboles fósiles y que las vistas de la Peña de Carazo, del Gayubar y de la Sierra de Mencilla son fascinantes.  

Castrillo de la Reina

La ruta sólamente está señalizada con algunas marcas azules y blancas el algunos tramos de la primera parte de la ruta, por lo que hemos de estar muy pendientes al track para poder seguir el recorrido. El acceso a Veguillas del Mercado está bastante cerrado por la vegetación, por lo que es importante llevar vestimenta larga para no hacerse rasguños o heridas en las piernas. La entrada más común a Saélices está cortada por la caída de un árbol. Hemos de rodearlo para llegar a lo alto de la peña que guarda las tumbas.
En épocas de calor, no debemos olvidar llevar mucha agua, ya que no encontramos fuentes en todo el recorrido. En épocas de lluvias y en invierno, el río Saélices baja bastante caudal y cuesta cruzarlo, por lo que es mejor hacer la ruta en primavera o en otoño. En verano, hace mucho calor y hay muchos mosquitos que hacen el camino muy molesto.

Más información en los siguientes enlaces:

Ayuntamiendo de Castrillo de la Reina: http://www.castrillodelareina.es/

Castrillo de la Reina: https://es.wikipedia.org/wiki/Castrillo_de_la_Reina

Ciudad Encantada de Monasterio de la Sierra: un paseo por el interior y las Calderas de Matalhierro desde el pueblo (Opción A, Ruta VII)

  • Tipo de ruta: circular.
  • Distancia: 10,170 Kms.
  • Dificultad: fácil con exigencia media.
  • Duración aproximada de la ruta: 3h-3.30 horas
  • Desnivel: 273 m.
  • Altitud mínima: 1161 m
  • Altitud máxima: 1390 m

Reseña

El Castillejo (1390m), llamado también «La Ciudad Encantanda» por los caprichosos conglomerados silíceos del Cretácico que constituyen este conjunto rocoso, es un enclave singular, cada vez más conocido y visitado, que se encuentra en el paraje denominado «El Burrero», a los pies de las sierras de Trasomo y Neila, en el término municipal de Monasterio de la Sierra (Sierra de la Demanda), a 12 kms de Salas de los Infantes y a 68 de Burgos. Por otro lado, las Calderas de Matalhierro son una serie de hoyas o marmitas que han sido esculpidas por las aguas del río Valladares. 

La ruta, un poco larga pero fácil de realizar para cualquier persona que esté acostumbrada a hacer ejercicio físico, está diseñada con un triple objetivo: visitar la ciudad encantada burgalesa, siempre espectacular y bellamente adornada de brezos púrpuras y blancos en el mes de mayo; pasear por la dehesa de este silencioso pueblo, repleta de hermosos robledales y hayas, y adornada con preciosos canchales de piedra cubiertos de musgo que hacen del lugar un espacio único y singular; finalmente, asomarnos a la impresionante garganta de Matalhierro y contemplar su modesta pero bella cascada.

El camino, que transcurre por preciosas veredas flanqueadas por una riquísima flora, es un entorno ideal para aquellos que quieran perderse, solos o en familia, en la serenidad y el silencio de la naturaleza y desconectar de toda su actividad diaria. ¡Bajaos el track y venid con nosotros!. Quedaréis encantados de este paraje burgalés.

Descripción del recorrido

Acompañados de un numeroso grupo de amigos de Hacinas, Salas, Castrovido y Barbadillo del Mercado, salimos del centro del pueblo y continuamos por las calles Mayor y Miguel de Cervantes hasta el denominado «Camino de Cargaduelo». Ascendemos por una amplia pista forestal que divide la dehesa. Nos salimos en el camino de Peñalrayo. Entre brezos, estepas, algunos helechos, gran cantidad de enormes robles albares a un lado y negrales al otro, cruzamos el río Valladares por un original puente de piedras, El Molar, y llegamos al punto donde arranca la vereda que nos subirá por todo el interior de la Ciudad Encantada. Cada cual más hermosa, vamos recorriendo las inimaginables formaciones una a una y comprobando que todas encajan perfectamente con el bellísimo paisaje y colorido de los brezos. Parada especial en lo más alto para ver, tocar a las reinas de la ciudad: Peña Amarilla y El Castillejo, e intentar adivinar donde se ubicaba el desaparecido pueblo de Butrón.
El lugar es único y de tal belleza que cuesta abandonarlo. Lo hacemos dirigiéndonos al camino forestal de Cargaduelo para continuar nuestra ruta por la derecha. Bajamos unos ochocientos metros y nos vamos en búsqueda de una angosta y escondida senda que nos da acceso a las calderas de Matalhierro. Encontramos la vereda a la parte derecha, unos pocos metros antes de llegar a un puente sobre el arroyo Valladares. La seguimos con cuidado, ya que, en algunos sitios, no es muy visible. Muy pronto encontramos la primera hoya. La cascada , que en otras épocas del año suele mostrarse silenciosa y con escasa agua, suelta un bello, inmenso y sonoro chorro de agua.
Cumplido nuestro segundo objetivo, iniciamos el regreso al pueblo por una angosta senda, bien marcada con múltiples hitos, que poco a poco se va convirtiendo en un camino rodado. En el trayecto, nos paramos a ver unas originales e interesantes colmenas rústicas o dujos, que aún siguen habitadas por las incansables abejas. Mientras seguimos avanzando, aún podemos contemplar preciosas vistas de la Ciudad Encantada y cruzar dos arroyos por dos puentes de piedra, únicos y muy representativos de la arquitectura popular de esta zona. Estamos ya desandando el camino inicial y de nuevo en el Camino de Cargaduelo, ahora en la otra dirección, que nos llevará hasta nuestro punto de partida.

Puntos de interés / Waypoints.

Dehesa de Monasterio.

Destaca esta tierra acotada y arbolada por tener una de las masas más extensas de roble albar (quercus petraea) del país, así como por el perfecto estado de conservación de una gran cantidad de estos bellos ejemplares únicos. Todo ello se debe fundamentalmente a que se trata de una especie que se adapta perfectamente al suelo y a las duras condiciones climatológicas que sufren estos montes. Lucen a su lado preciosas estampas de rocas musgosas, desprendidas de las cumbres próximas por la acción de los glaciares y traídas hasta aquí por los torrentes que azotan la zona.

Ciudad Encantada / Castillejo.

A plena vista o en recónditos rincones, tanto en el alto de el Burrero como a lo largo de todo el recorrido de la ruta, podemos encontrar espectaculares relieves y formas más pequeñas de piedra tales como setas, mesas, arcos, oquedades etc…, que se han ido puliendo a lo largo de millones de años por la acción del agua, el hielo y el viento, y que impresionan por su espectacular originalidad y belleza.

Calderas de Matalhierro.

Las Calderas de Matalhierro son unas concavidades cilíndricas de gran profundidad que han sido labradas en las rocas por la acción del agua del río Valladares a lo largo de millones de años. Durante la mayor parte del año, puede contemplarse en ellas una modesta pero preciosa cascada.

Elementos rústicos: colmenas o dujos, puentes de piedra etc… y más formaciones rocosas.

Monasterio de la Sierra (núcleo urbano)

Se trata de un pequeño pueblo de montaña que siempre fue lugar de paso de rutas ganaderas como las cañadas. Yace apartado en la ladera sur de la Sierra de Neila y está rodeado de espesos y preciosos bosques de roble albar, lo que le convierte en un lugar de una gran paz y un impresionante silencio. Esto, lejos de ser un óbice, le ha dado un enorme atractivo, siendo en estos momentos un enclave idóneo para el descanso y para estar en permanente contacto con la naturaleza.

El pueblo tiene numerosos monumentos, destacando el Monasterio de Alveinte (1440), que da nombre al pueblo. Apartado unos 3 kms, sólo conserva la iglesia y en un estado bastante ruinoso. Tiene también una hermosa iglesia: San Pedro Apóspol, una ermita: San Cosme y San Damián, unas tumbas antropomorfas traídas desde el antiguo pueblo medieval de Gozmediano o Aguamediano, y múltiples elementos que son un buen testimonio de la arquitectura que se ha desarrollado en la zona a lo largo de los años: una fuente de piedra maciza, un lavadero, un potro para herrar, una fragua, un abrevadero, chimeneas cónicas, la Torre del reloj, izada por los habitantes del pueblo, y un molino reconstruido.

Avisos y recomendaciones.

Esta ruta ha sido diseñada con un recorrido casi idéntico a la Opción B de este mismo usuario. Recomendamos esta Opción A para hacer la ruta, de una forma más segura, con niños, en familia o con un grupo, ya que, a diferencia de la Opción B, el tramo que va desde el primer colmenar (km 6,4) hasta el Camino de Peñalrayo (km 7,10) transcurre por el camino de arriba y evita avanzar junto al río Valladares, donde el camino es más difícil de seguir y es más peligroso porque las rocas próximas al río suelen estar mojadas y muy resbaladizas. El punto negativo de esta opción A es que nos perdemos un segundo colmenar rústico que es muy interesante. Tu decides qué opción tomar. Con niños, con un grupo, en épocas de lluvias y en invierno, no lo dudes: la opción A siempre es más segura.

La ruta es una variante a nuestra ruta VI, que no se adentra en la ciudad, para conocer el interior de la ciudad encantada de manera exhaustiva. Para ver los brezos en flor, debemos hacer la ruta en el mes de mayo.

La ruta es fácil y el desnivel no alcanza los 300 m. Debemos estar muy atentos al track, sobre todo en la zona de la caldera, ya que el sendero es un poco difuso y, a veces, difícil de seguir. Hay que tener mucho cuidado al acercarse a la caldera si se hace la ruta en época de lluvias. El suelo es muy resbaladizo y uno puede caerse al fondo de la caldera. Por todos estos motivos, la hemos calificado de exigencia media.

Si disponemos de tiempo, merece la pena hacer una breve visita a la iglesia parroquial, a las tumbas antropomorfas que reposan junto al templo, refrescarse en la fuente que nos recibe en su atrio y echar un vistazo a algunos elementos arquitectónicos del pueblo tales como el lavadero, el abrevadero, la fragua, el potro de herrar, la Torre del Reloj, la fuente de piedra y algunas chimeneas cónicas.

Más información en los siguientes enlaces:

Ayuntamiento de Monasterio de la Sierra: http://www.monasteriodelasierra.es/lugares-interes

https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_la_Sierra

Monasterio de la Sierra : interior de la Ciudad Encantada, el Castillejo y Calderas de Matalhierro desde el pueblo (Opción B, Ruta VII)

  • Tipo de ruta: circular.
  • Distancia: 10,690 Kms.
  • Dificultad: fácil con exigencia media.
  • Duración aproximada de la ruta: 3h-3.30 horas
  • Desnivel: 349 m.
  • Altitud mínima: 1052 m
  • Altitud máxima: 1401 m

Reseña

El Castillejo (1390m), llamado también «La Ciudad Encantanda» por los caprichosos conglomerados silíceos del Cretácico que constituyen este conjunto rocoso, es un enclave singular, cada vez más conocido y visitado, que se encuentra en el paraje denominado «El Burrero», a los pies de las sierras de Trasomo y Neila, en el término municipal de Monasterio de la Sierra (Sierra de la Demanda), a 12 kms de Salas de los Infantes y a 68 de Burgos. Por otro lado, Por otro lado, las Calderas de Matalhierro son una serie de hoyas o marmitas que han sido esculpidas por las aguas del río Valladares. 

La ruta, un poco larga pero fácil de hacer para cualquier persona que esté acostumbrada a hacer ejercicio físico, está diseñada con un triple objetivo: visitar la ciudad encantada burgalesa, siempre espectacular pero bellamente adornada de brezos púrpuras y blancos en el mes de mayo; pasear por la dehesa de este silencioso pueblo, repleta de hermosos robledales y hayas, y adornada con preciosos canchales de piedra cubiertos de musgo que hacen del lugar un espacio único y singular; finálmente, asomarnos a la impresionante garganta de Matalhierro y contemplar su modesta pero bella cascada.

El camino, que transcurre por preciosas veredas flanqueadas por una riquísima flora, es un entorno ideal para aquellos que quieran perderse, solos o en familia, en la serenidad y el silencio de la naturaleza y desconectar de toda su actividad diaria.

Descripción del recorrido

Guiados por Ramón, lugareño y gran amante de la naturaleza, salimos del centro del pueblo y continuamos por la Calle Mayor hasta una bifurcación de caminos forestales. Nos vamos a la izquierda por el denominado «Camino de Cargaduelo» y ascendemos por una amplia pista forestal que divide la dehesa. Nos salimos en el camino de Peñalrayo y, entre brezos, estepas, algunos helechos, gran cantidad de enormes robles albares a un lado y negrales al otro, llegamos al punto donde arranca la vereda que nos subirá por todo el interior de la Ciudad Encantada. Cada cual más hermosa, vamos recorriendo las inimaginables formaciones, una a una, y comprobando que todas encajan perfectamente con el bellísimo paisaje y colorido de los brezos. Parada especial en lo más alto para ver y tocar a las reinas de la ciudad: Peña Amarilla y El Castillejo, e intentar adivinar donde se ubicada el desaparecido pueblo de Butrón.
El lugar es único y de tal belleza que cuesta abandonarlo. Lo hacemos regresando al camino forestal para continuar nuestra ruta por la derecha de la pista forestal. Bajamos unos ochocientos metros y nos vamos en búsqueda de una angosta y escondida senda que nos da acceso a las calderas de Matalhierro. La encontramos a la parte derecha, unos pocos metros antes de llegar a un puente sobre al arroyo Valladares. La seguimos con cuidado, ya que, en algunos sitios, no es muy visible. Muy pronto encontramos la primera caldera. La cascada , que en otras épocas del año suele mostrarse silenciosa y con escasa agua, suelta un bello, inmenso y sonoro chorro de agua.
Cumplido nuestro segundo objetivo, iniciamos el regreso al pueblo por una angosta senda, bien marcada con múltiples hitos, que va junto a los acantilados. En el trayecto hemos podido ver dos originales e interesantes colmenares rústicos. Mientras seguimos avanzando, podemos contemplar preciosas vistas de la Ciudad Encantada y cruzar dos arroyos por dos puentes de piedra, únicos y muy representativos de la arquitectura popular de esta zona. Estamos ya desandando el camino inicial y de nuevo en el Camino de Cargaduelo, ahora en la otra dirección, que nos llevará hasta nuestro punto de partida.

Puntos de interés / Waypoints.

Dehesa de Monasterio.

Destaca esta tierra acotada y arbolada por tener una de las masas más extensas de roble albar (quercus petraea) del país, así como por el perfecto estado de conservación de una gran cantidad de estos bellos ejemplares únicos. Todo ello se debe fundamentalmente a que se trata de una especie que se adapta perfectamente al suelo y a las duras condiciones climatológicas que sufren estos montes. Lucen a su lado preciosas estampas de rocas musgosas, desprendidas de las cumbres próximas por la acción de los glaciares y traídas hasta aquí por los torrentes que azotan la zona.

El Castillejo / Ciudad Encantada.

A plena vista o en recónditos rincones, tanto en el alto de el Burrero como a lo largo de todo el recorrido de la ruta, podemos encontrar espectaculares relieves y formas más pequeñas de piedra tales como setas, mesas, arcos, oquedades etc…, que se han ido puliendo a lo largo de millones de años por la acción del agua, el hielo y el viento, y que impresionan por su espectacular originalidad y belleza.





Calderas de Matalhierro.

Las Calderas de Matalhierro son unas concavidades cilíndricas de gran profundidad que han sido labradas en las rocas por la acción del agua del río Valladares a lo largo de millones de años. Durante la mayor parte del año, puede contemplarse en ellas una modesta pero preciosa cascada.

Elementos rústicos:: colmenas,puentes.

Monasterio de la Sierra (núcleo urbano)

Se trata de un pequeño pueblo de montaña que siempre fue lugar de paso de rutas ganaderas como las cañadas. Yace apartado en la ladera sur de la Sierra de Neila y está rodeado de espesos y preciosos bosques de roble albar, lo que le convierte en un lugar de una gran paz y un impresionante silencio. Esto, lejos de ser un óbice, le ha dado un enorme atractivo, siendo en estos momentos un enclave idóneo para el descanso y para estar en permanente contacto con la naturaleza.

El pueblo tiene numerosos monumentos, destacando el Monasterio de Alveinte (1440), que da nombre al pueblo. Apartado unos 3 kms, sólo conserva la iglesia y en un estado bastante ruinoso. Tiene también una hermosa iglesia: San Pedro Apóspol, una ermita: San Cosme y San Damián, unas tumbas antropomorfas traídas desde el antiguo pueblo medieval de Gozmediano o Aguamediano, y múltiples elementos que son un buen testimonio de la arquitectura que se ha desarrollado en la zona a lo largo de los años: una fuente de piedra maciza, un lavadero, un potro para herrar, una fragua, un abrevadero, chimeneas cónicas, la Torre del reloj, izada por los habitantes del pueblo, y un molino reconstruido.

Avisos y recomendaciones.

Esta ruta fue diseñada con un recorrido casi idéntico a la opción A de este mismo usuario.
Esta Opción B es diferente en el tramo desde el primer colmenar (km 6,4) hasta el Camino de Peñalrayo (km 7,10), ya que avanza junto al río Valladares. Aquí el camino es más obscuro y las rocas en invierno y en épocas de lluvia suelen estar mojadas y resbaladizas; en consecuencia, es más arriesgada y más difícil de seguir, pero más emocionante. Además, vemos un segundo colmenar rústico que es muy interesante. Tu decides qué opción elegir.

Esta ruta VII es una variante a nuestra ruta VI, que no se adentra en la ciudad, para conocer el interior de la ciudad encantada de manera exhaustiva. Para ver los brezos en flor, debemos hacer la ruta en el mes de mayo.

La ruta es fácil y el desnivel no alcanza los 400 m. Debemos estar muy atentos al track, sobre todo en la zona de la caldera, ya que el sendero es un poco difuso y, a veces, difícil de seguir. Hay que tener mucho cuidado al acercarse a la caldera si se hace la ruta en época de lluvias. El suelo es muy resbaladizo y uno puede caerse al fondo de la caldera. Por todos estos motivos, la hemos calificado de exigencia media.

Si disponemos de tiempo, merece la pena hacer una breve visita a la iglesia parroquial, a las tumbas antropomorfas que reposan junto al templo, refrescarse en la fuente que nos recibe en su atrio y echar un vistazo a algunos elementos arquitectónicos del pueblo tales como el lavadero, el abrevadero, la fragua, el potro de herrar, la Torre del Reloj, la fuente de piedra y algunas chimeneas cónicas.

Más información en los siguientes enlaces:

Ayuntamiento de Monasterio de la Sierra: http://www.monasteriodelasierra.es/lugares-interes

https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_la_Sierra

Cañón del río Lobos: Senda de Gullurías, Ojo del Diablo, Ermita y Cueva de San Bartolomé, Colmenar de los Frailes desde Casa del Parque de Ucero (Soria)

  • Tipos de ruta: circular.
  • Señalización: marcas de PRC en una gran parte del recorrido.
  • Distancia: 12, 640 Km.
  • Dificultad: Fácil con exigencia media.
  • Duración aproximada de la ruta: 3.30h – 4 horas.
  • Desnivel: 438 m.
  • Altitud mínima: 1.123 m
  • Altitud máxima: 956 m

Reseña

Esta senda toma su nombre de una pequeña ave, la Alondra Totovía, que en esta tierra es conocida como Gulluría, probablemente una eufonía del significante gulloría o calandria, pájaro perteneciente a la familia de los alaúdidos, con su plumaje de color pardo y tono terroso, que guarda un gran parecido con el que podemos ver corretear entre las sabinas de este bellísimo bosque. El recorrido, que avanza principalmente por la bien señalizada Senda de Gullurías, nos permite tener una perspectiva diferente y de altura del popular Parque Natural del Cañón del Río Lobos (declarado en 1985), y evita el tradicional paseo desde el nacimiento del río Ucero hasta la Ermita de San Bartolomé y la Cueva Grande, siempre masificado y, a veces, intransitable e intranquilo.

Nos salimos del recorrido oficial hacia el km 3,5 para visitar unas curiosas oquedades, próximas a la ermita y la cueva, y adentrarnos, muy brevemente, en la transitada senda del cañón. Hacer Gullurías y recorrer este kilómetro del Cañon del río Lobos hasta el Colmenar de los Frailes es suficiente para disfrutar, tranquilamente, de la gran obra que han ido tallando las aguas del río Lobos sobre las rocas calizas de este singular desfiladero a lo largo de millones de años. Un accidente geográfico que atrae a miles de senderistas, ansiosos de pasear por un espacio natural que, además de un paisaje de gran belleza, guarda en su interior un auténtico tesoro botánico: sabinas albares o enebros para los lugareños, pinos silvestres y pudios, variedad típica del cañón, quejigos, plantas aromáticas como el espliego y el romero, plantas acuáticas como los nenúfares o medicinales como las gayubas; y una abundante fauna, representada, principalmente, por las aves rapaces: buitres leonados, unas pocas águilas reales, algún alimoche, y otras especies perfectamente integradas en su dominio como jabalíes, ardillas, tejones y nutrias.

Pero la Senda de Gullurías y esta pequeña parte del Cañon del Río Lobos es mucho más que unos relieves caprichosos o una deslumbrante riqueza botánica y biológica; es contemplar, primero desde arriba y posteriormente desde las riberas de los dos ríos, los grandes cortados anidados por una gran multitud de aves rapaces y adornados de abundante vegetación en sus pendientes rocosas; es conocer la historia y muchas de las costumbres que tenían las gentes que habitaron estas tierras. El Castillo de Ucero que dejamos a nuestras espaldas al inicio de la ruta, la historia que guarda la Ermita de San Bartolomé, los restos arqueológicos en forma de concha que pisamos por el camino, las colmenas clásicas de tronco y las antiguas caleras son magníficos vestigios de tiempos pasados y de la cultura y formas de vida de diferentes civilizaciones que han habitado estas tierras.

El lugar no es exótico ni de difícil acceso. El inicio de la ruta se encuentra junto a la Casa del Parque Natural del Cañon del río Lobos, paraje natural enclavado entre las provincias de Soria y Burgos, en el término municipal de Ucero, a 50 kms de Salas de los Infantes y a 62 de la capital soriana. Tomes el camino que tomes o recorras el cañón en parte o en su totalidad, nunca olvides que estás transitando por un conjunto paisajístico único, que está considerado como uno de los lugares más bellos de nuestro país. ¡No te pierdas este singular espacio natural y, si quieres evitar masificaciones, Gullurías es una buena alternativa¡.

Descripción del recorrido.

Tomando como modelo la sugerencia de nuestro amigo Raúl Peñaranda el Hontoriano, usuario «Senderos de la Comarca de Pinares», que propone hacer una extensión a la bien señalizada ruta del Sendero de Gullurías hasta la Ermita de San Bartolomé por la Senda del Calvario, salimos del Parking que hay en frente de la Casa del Parque Natural del Río Lobos, junto a la carretera SO-920. Bajo la atenta mirada del espectacular Castillo de Ucero, auténtica huella del poder medieval de la zona, vamos ascendiendo por una empinada cuesta y dejamos a la izquierda a Mónica, bella formación rocosa en la que suelen posarse los buitres leonados de la zona. Continuamos subiendo por el Barranco del Molino y , entre sabinas albares, llegamos a una calera, bien reconstruida y con amplia información sobre el proceso de elaboración, en estos pozos y a partir de la roca caliza, de la cal viva, antiguamente utilizada para blanquear las paredes de las casas.
Siguiendo las balizas que señalan perfectamente el camino, llegamos a una segunda calera, ésta en estado ruinoso. Sin hacer parada, perdidos en un impresionante silencio y en una hermosa paz, con multitud de buitres sobrevolando la zona, pasamos por un páramo, conocido como el Esplegar, y por varias vaguadas y, entre frondosas arboledas de enebros y pinos pudios, alcanzamos el Mirador de Gullurías. Tenemos unas maravillosas vistas de una pequeña parte del Cañon del río Lobos que no nos cansamos de fotografiar. Volvemos al Sendero de Gullurías y seguimos avanzando, ahora entre pinos silvestres y quejigos y con la presencia de algunas gayubas en las laderas, hasta un poco más adelante donde, haciendo caso omiso de las balizas del camino oficial, nos desviamos a la izquierda por un sendero que rodea el Monte Calvario y baja hasta la Ermita de San Bartolomé. Antes de llegar a la iglesia, hacemos dos paradas; una primera, para recorrer, con mucho cuidado, las bellas formaciones rocosas en las que se ubican una preciosa oquedad y el famoso Mirador de El Ojo del Diablo, desde el que tenemos unas magníficas vistas del sendero del Cañon del río Lobos. La segunda, en El Balconcillo junto a la ermita.
Ya en el templo, aprovechamos para visitarlo por dentro y nos acercamos a la Gran Cueva o Cueva de San Bartolomé. Regresamos al camino y nos vamos en dirección hacia el Puente de los Siete Ojos durante casi un kilómetro a ver, colgado sobre el acantilado, el hermoso Colmenar de los Frailes y los preciosos farallones y cantiles que lo protegen.
Desandamos el camino y volvemos sobre nuestros pasos hasta la ermita e iniciamos el camino de vuelta siguiendo una angosta senda que va por la parte derecha del río Lobos sin cruzar la pasarela. Por esta preciosa vereda, llegamos primero al Parking de Valdecea; después, al de Cueva Fría, y, finálmente, al paraje de Fuente Engómez, próximo al restaurante y al parking del Cañón del Río Lobos, teniendo que vadear varias veces el río por unas grandes rocas en forma de puente, bien dispuestas para cruzar el río por lugares seguros.
El resto del camino lo hacemos por la Senda del río Ucero, que nace en las proximidades del puente que cruza la carretera SO-920, Pasamos junto al camping y nos acercamos a nuestro punto de partida por la parte de atrás de la Casa del Parque.
En resumen, preciosa ruta con un paisaje único, de rica vegetación e impresionantes vistas de una buena parte de los acantilados del cañón del río Lobos que se han ido formando a lo largo de millones de años por la erosión fluvial y los fenómenos atmosféricos del agua, el hielo y el viento sobre las rocas. ¡Muy, muy recomendable!.

Puntos de interés.

Caleras

Eran una especie de hornos que servían para producir la cal, sustancia alcalina que, hasta tiempos recientes, ha sido utilizada como conglomerante o para blanquear y encalar las paredes de las casas y de otras construcciones. Como materia prima, se utilizaban las rocas calizas que pueden encontrarse fácilmente en la zona. Como muy bien explica el panel informativo que encontramos en la puerta de acceso «la piedra caliza se transforma por la acción del calor, para lo cual el horno alcanzaba temperaturas superiores a los 900ºC, dando lugar a la cal, base fundamental de la arquitectura tradicional».

Mirador de las Gullurías

Colgado de los acantilados que forman el cañón, este balcón natural nos ofrece una panorámica espectacular desde lo alto. Contemplamos, en primer plano, la tierra de Pinares de Soria y de Burgos y, al fondo, el Sistema Ibérico con las inconfundibles siluetas de la Sierras de Urbión y Cebollera. Con un poco de suerte, también se pueden observar parejas o manadas de aves rapaces posadas o aleteando en el cielo.

El Balconcillo del Diablo u Ojo del Diablo.

Es éste el lugar más mágico y espectacular de todo el recorrido. Se trata de una curiosa oquedad, en forma de ventana, desde la que podemos avistar una preciosa estampa del cañón; observar, con suerte, el majestuoso vuelo de las aves rapaces o identificar la senda que viene por el río desde el Puente de los Siete Ojos. A su lado, hay también otra preciosa oquedad, sin salida, que llama la atención por su original relieve.

Ermita de San Bartolomé de Ucero y la Cueva Grande

Son, sin lugar a dudas, los símbolos más distintivos del Cañón de río Lobos. Cargados de magia y de múltiples leyendas, son visita obligada en nuestro paso por este enigmático y místico entorno.

La ermita, también conocida como San Bartolo por los lugareños, data de la primera mitad del siglo XIII y fue construida en un estilo de transición entre el románico y el gótico sobre un cenobio anterior del que tan sólo se conserva la capilla. Situada en el Comunero de San Bartolomé (Herrera de Soria, Navafría y Ucero), en un punto equidistante de los dos extremos de nuestro país , el Cabo Creus y el Cabo Finisterre, y céntrico respecto a los principales bastiones de los templarios en la Península Ibérica, son varios los elementos que nos permiten relacionarla con la Orden de los Caballeros del Temple, que eran propietarios del convento de San Juan de Otero, hoy desaparecido , ubicado a apenas unos metros del majestuoso Castillo de Ucero. Entre estos elementos de identificación, hemos de destacar algunos canecillos y capiteles, el rosetón de seis corazones entrelazados, las estrellas invertidas de cinco puntas, la losa de la salud etc.., que tienen símbolos o referencias muy frecuentemente utilizadas por la orden templaria.

Por otro lado, la Gran Cueva o Cueva de San Bartolomé, espacio de culto a la diosa gran madre, es una gran oquedad de unos 100 metros de profundidad, separada de la ermita por un puente de madera y un río adornado con preciosos nenúfares. Desde su interior, en el que encontramos algunos restos de grabados rupestres de la Edad del Bronce hechos mediante incisiones en las rocas, puede observarse cómo las paredes de la entrada sirven para enmarcar la ermita en una estampa única.

Colmenar de los Frailes.

Estas colmenas o dujos, pertenecientes a la comunidad templaria, son un buen testimonio de que la apicultura siempre ha sido un importante recurso, no solo para los monjes, sino también para los habitantes de estas tierras. Las que aquí podemos contemplar están colocadas en los resaltes de las rocas de un acantilado. Son colmenas clásicas, hechas de troncos huecos de árboles, con algunos agujeros para permitir la entrada de las abejas, y con una losa de piedra sobre la madera haciendo de tapa.

Casa del Parque Natural del Cañon del río Lobos

Este magnífico edificio de piedra, que, en tiempos pasados, se utilizó como fábrica de papel y de chocolate, de batán o de molino tradicional, está situado a la salida del pueblo de Ucero. Sus tres plantas son un buen punto de información para programar una buena visita al Parque Natural, ya que nos proporcionan claras e importantes aclaraciones sobre la riqueza de este espacio natural. Una maqueta del cañón, una exposición permanente, ilustrándonos sobre los principales ambientes y ecosistemas del parque, una colección de animales disecados y una «micoteca» son sus atractivos más importantes. En el exterior, hay una balsa de pesca y un canal naturalizado para el aprendizaje y práctica del arte de la pesca.

Avisos y recomendaciones:

La ruta, salvo en el paraje del Ojo del Diablo, donde es fácil resbalar, no ofrece ninguna dificultad importante. El recorrido, bien señalizado, ha sido renovado y ya no es necesario ir por la carretera en ningún tramo. La propuesta de ampliar el sendero de Gullurías por la Ermita de San Bartolomé nos parece acertadísima y hace la ruta mucho más interesante y atractiva.
Es recomendable en cualquier época del año, pero es en la primavera y en otoño cuando mejor podemos disfrutar del colorido del paisaje y de la vegetación.

Más información en los siguientes enlaces:

https://es.wikipedia.org/wiki/Ermita_de_San_Bartolom%C3%A9_(Comunidad_de_Herrera_de_Soria,_Nafr%C3%ADa_de_Ucero_y_Ucero)

https://patrimonionatural.org/casas-del-parque/casas-del-parque/casa-del-parque-del-canon-del-rio-lobos

https://www.xn--caondelriolobos-zqb.com/

https://www.soriaestademoda

Cañón del Ebro: circular desde Valdelateja por Cortiguera (alternativa al puente hundido).

  • Tipos de ruta: circular.
  • Señalización: algunas balizas.
  • Distancia: 11,42 Km.
  • Dificultad: Fácil con exigencia media.
  • Duración aproximada de la ruta: 3 h – 3.30 horas.
  • Desnivel: 299 m.
  • Altitud mínima: 622 m
  • Altitud máxima: 849 m

Reseña

Recorrer este Cañón del Ebro es, sobre todo, disfrutar, poco a poco, de la gran obra que han ido tallando las aguas del caudaloso río Ebro sobre las rocas calizas de este singular desfiladero de más de 200 metros de alto a lo largo de millones de años. Un accidente geográfico que atrae a miles de senderistas ansiosos de pasear por un espacio natural que, además de un paisaje de gran belleza, guarda en su interior un auténtico tesoro botánico: encinas, quejigos, enebros, hayas, acebos… en la parte alta, chopos, sauces, alisos… junto al cauce del río, y una abundante fauna, representada, principalmente, por las aves rapaces: buitres leonados, alimoches, águilas perdiceras, halcones peregrinos… y, en la ribera del río, nutrias nadando en sus limpias y esmeraldas aguas. Pero el Cañón del Ebro es mucho que unos relieves caprichosos o una deslumbrante riqueza botánica y biológica; es visitar pequeños pueblos con pintorescas y acogedoras casas de piedra, como los dos por los que pasamos en esta ruta: Valdelateja y Cortiguera, pertenecientes al municipio del Valle de Sedano, o entrar en alguna de las cuevas de los cortados que forman esta impresionante garganta. El lugar no es exótico ni de difícil acceso. Se encuentra en el Parque Natural de las Hoces del Alto Ebro y Rudrón, en el noroeste de la provincia de Burgos, en la comarca de Páramos, a 65 kms de la capital.

Hacemos la ruta con objetivo de patear parte de la senda del Cañon del Ebro (PRC-BU-1), disfrutando de sus magníficas riberas y de los variados y bien conservados bosques de encinas, robles y hayas; contemplar, primero desde abajo y posteriormente desde el páramo, los grandes cortados anidados por una gran multitud de aves rapaces y adornados de abundante vegetación en sus pendientes rocosas. Conocer, de paso, un poco mejor el pueblo de Valdelateja y la bella y sorprendente reconstrucción que está sufriendo el otrora abandonado pueblo de Cortiguera.

Aunque la ruta solía alargarse hasta Pesquera, mientras no se reconstruya el puente sobre el río Ebro que había frente a la central eléctrica, tendremos que conformarnos con hacer esta interesante variante que , en modo alguno, desmerece al viejo recorrido. Sea por un itinerario o por otro, nunca olvides que estás transitando por un conjunto paisajístico único, que está considerado como uno de los lugares más bellos de nuestro país. ¡No te pierdas un espacio natural, que a nadie deja indiferente!.

Descripción del recorrido.

Salimos del puente de Valdelateja, donde hay unos carteles explicativos, avisándonos que la pasarela esta hundida e indicándonos que hay una ruta alternativa que es la que hemos planificado realizar. Pasamos el puente y, en la iglesia, nos vamos por la izquierda para tomar la senda del Cañon del Ebro que va por la margen derecha del río hasta llegar al puente que hace unos años destruyó un torrente de agua. Como no se puede cruzar, continuamos por esta misma orilla hasta encontrar una angosta vereda -recientemente señalizada y habilitada-, que nos sube, por una empinada cuesta, hasta lo más alto del cañón, desde donde tenemos unas magníficas vistas de los cortados, del cañón y del Pico del Águila al otro lado del río. Vemos también una pequeña bandada de rapaces sobrevolando los cantiles. Tras recuperar fuerzas, sorteamos una finca por la parte derecha y salimos a un camino llano que nos lleva hasta Cortiguera. Lo callejeamos de un lado a otro y, tras una interesante y minuciosa visita, desandamos 1 km aproximadamente y nos vamos ahora por el páramo en dirección a Valdelateja. Una nueva parada en el Mirador del Ebro, donde tenemos otras preciosas vistas del cañón, del meandro del río y de la comunidad de aves rapaces que habitan este maravilloso enclave natural. Volvemos al camino y , casi sin darnos cuenta, estamos descendiendo por el GR-99 que, zigzagueando, nos baja hasta las proximidades de Valdelateja. En una intersección de caminos, existe la alternativa de ir directamente al punto de partida o desviarse por el camino de la izquierda que sube al despoblado de Siero, a Castrosiero, antiguo yacimiento arqueológico de época visigótica, y a una alta meseta en la que hay una pequeña ermita visigoda de color rojizo, posiblemente del siglo VIII, dedicada a las Santas Elena y Centola, y unos pocos restos de un viejo castillo que acreditan la existencia de un castro en sus inmediaciones.
Por haber estado previamente en la ermita, en esta ocasión optamos por regresar al pueblo, pero Castrosiero es una alternativa muy interesante si aún nos quedan fuerzas para ascender a esta altiplanicie. Gozaremos de una espectacular vista del cañón que forman los ríos Rudrón y Ebro.


Mapa y elevación

Enlace Wikiloc

Puntos de interés.

Valdelateja.

Encontramos esta tranquila y preciosa localidad en el fondo del valle del Rudrón, asentada sobre tierras del Cretácico Superior, en un maravilloso enclave en el que el río Rudrón entrega sus aguas a su hermano mayor, el Ebro. Dentro de su casco histórico, sobresalen sus pintorescas casas de piedra y, sobre todas ellas, el elemento más importante del patrimonio arquitectónico de esta localidad: una iglesia, dedicada a Santa Eulalia, que fuera ampliada en el siglo XX sobre una pequeña ermita de origen gótico. En sus proximidades, además de la ermita y de los yacimientos visigóticos ya mencionados, hay un viejo balneario de aguas curativas que data de finales del siglo XIX. Como dato curioso, un lugareño nos contó que el pueblo no tiene cementerio y que sus gentes son enterradas en Siero, pueblo de gran importancia histórica -fue cabeza de un alfoz castellano desde el siglo X hasta que fuera desplazado por Sedano-, situado a unos 600 metros del pueblo en la ladera del peñasco en el que se encuentra la Ermita de las Santas Centola y Elena, el cual quedó despoblado en el año 1914, cuando sus dos últimos habitantes se bajaron a vivir a Valdelateja. Desde luego, el pueblo invita a una vida tranquila, en armonía con la naturaleza, por lo que es un sitio ideal para descansar o vivir en una profunda paz.

Cortiguera

Colgado de los acantilados que forman el cañón, abandonado durante décadas, este interesante pueblo alberga todavía ruinas de edificios y casas blasonadas -algunos de ellos conservan las fechas de su construcción-, que dan fe de que esta localidad gozó de una gran prosperidad en los siglos XVI, XVII y XVIII. Con pena, puede observarse que su iglesia de estilo gótico tardío está en completo estado de ruina e invadida por la vegetación. Con agrado, también puede observarse que algunas de sus casas están siendo reconstruidas de forma elegante y fiel a la arquitectura tradicional de la zona. Como curiosidad, esta pequeña aldea inspiró a Miguel Delibes su famosa novela, posteriormente llevada con gran éxito al cine, El Disputado voto del Seño Cayo.

Avisos y recomendaciones

La ruta no ofrece ninguna dificultad. Apenas alcanza los 300 metros de desnivel positivo y los 500 metros de nivel acumulado, por lo que es muy apta para excursiones con niños y mayores. Es fácil de seguir y muy recomendable tanto si , en su final, se va directamente al pueblo como si se sube a Castrosiero.

En espera de que se vuelva a poner la pasarela que cruzaba el río Ebro, ésta es la mejor opción para recorrer una buena parte del cañón.

Más información en los siguientes enlaces:

http://www.valledesedano.org/

https://es.wikipedia.org/wiki/Valle_de_Sedano

Ruta por el cañón del Ebro entre Valdelateja y Pesquera siguiendo el PRC-BU 1

Benasque, Anciles y Cerler. Circular.

  • Tipos de ruta: circular
  • Señalización: muy buena.
  • Distancia: 11,07 Km.
  • Dificultad: fácil con exigencia media.
  • Duración aproximada de la ruta: 4 horas.
  • Desnivel: 446 m.
  • Altitud mínima: 1.078 m
  • Altitud máxima: 1.525 m

Reseña

Hablar de Benasque es citar el centro neurálgico y municipio más importante de las 26 localidades y 7 municipios que conforman el valle al que este maravilloso pueblo da su nombre, y al que también se le conoce como «Valle Escondido». Es muy conocido, porque, dentro de los límites de su territorio, están dos de las grandes valores de esta comarca de Ribagorza: el Parque Natural de Posets-Madaleta y los Glaciares Pirenaicos, así como las cimas más altas del Pirineo, destacando el Aneto (3404m) y el Posets o Punta de Llardana con sus 3.369m de altitud. Pero Benasque no sólo es famoso por sus atracciones paisajísticas y naturales. La vida tradicional de sus gentes, su peculiar habla: el patués, las pequeñas aldeas llenas de encanto que lo rodean, las pistas de esquí de Cerler, la belleza de sus edificios, perfectamente reconstruidos después de su destrucción en la guerra civil, su rica gastronomía y su magnífica situación para desplazarse desde allí a descubrir las innumerables maravillas y múltiples parajes naturales que esconde este rincón del pirineo aragonés, lo convierten en un destino de obligada y recomendable visita.

La ruta que proponemos es, sin ninguna duda, una de las más bellas de todo el valle. Recorre las poblaciones de Benasque con sus dos pedanías de Anciles y Cerler, y se localiza en la comarca de La Ribagorza, en el corazón del Pirineo Aragonés, a 143 kms de Huesca, Aragón. Nos acercamos a hacerla con la finalidad de descubrir todos los bienes naturales de la zona; de paso, hacer un recorrido por la historia de Benasque y pasear por unos pueblos que mantienen perfectamente el sabor de los aldeas típicas del pirineo aragonés: Anciles, pueblo medieval, bien conservado, con numerosas casas señoriales, y Cerler, con un magnífico casco antiguo y unas modernas pistas de esquí.

¡Busca unos días y visita la zona!. Quedarás encantado e impresionado por la gran concentración de montañas que rodean Benasque. Siguiendo este track, pasearás entre barrancos, cascadas, preciosos bosques de quejigos, bojs, pinos y hayas, y pasarás por la pista donde encuentran refugio los aficionados a los deportes de nieve. Irás y volverás, estoy seguro, como lo haré yo para recorrer los itinerarios pendientes de una de las zonas más frecuentadas de nuestro país, y visitar, de nuevo, los preciosos pueblos que dan vida a este magnífico y típico rincón de Aragón.

Descripción del recorrido


Salimos del puente medieval, junto al río Ésera, en dirección este. Pasamos por un área de picnic, que dejamos a la derecha, y al llegar al puente del Ésera, lo cruzamos para pasar al otro margen del río. En lugar de continuar por la carretera de Anciles, tomamos, muy cerquita, un bonito sendero que, saliendo desde la derecha, nos llevará hasta la Plaza de San Gregorio, a través de la Calle Barranco d´Alto, a las puertas de Anciles. El recorrido continua por la PR-HU 33, que encontramos nada más entrar al pueblo, pero nos adentramos en la aldea para visitar la iglesia y la calle del General Ferraz, con su Casa Piñana y otras construcciones típicas en piedra como la Casa Barrau. Regresamos a la Plaza Escuy y, por la derecha, nos vamos hacia Cerler por un camino empedrado que arranca desde el pueblo y pasa por el cementerio. Empezamos a subir por una hermosa vereda, flanqueada por tapias de piedra que cercan viejos prados. Pasamos por varios barrancos: la Selba, Puimestre y Remáscaro.
Seguimos camino a Cerler, el pueblo más alto del pirineo aragonés. Lo primero que encontramos es la estación de esquí de Aramón Cerler y, más adelante y un poco apartado de la carretera A-2617, el casco viejo con numerosas casas nobles del siglo XVI, principalmente, y centenarios anteriores. Al final del pueblo, antes de llegar a la Iglesia de San Lorenzo y tras haber andado como 1 km por la carretera, tomamos una pequeña vereda a la izquierda que, pasando por el cementerio, nos devolverá a Benasque por el denominado Camino de Felegás. Entramos por la parte baja, bordeamos la rotonda y regresamos a nuestro punto de partida por la Avenida los Tilos.

Mapa y elevación

Enlace Wikiloc

Puntos de interés / Waypoints

Anciles / Ansils

Situado en el corazón del pirineo aragonés, con apenas 175 habitantes y un pequeño grupo de casas, esta maravillosa aldea presenta todos los alicientes para hacer que su visita sea algo imprescindible en nuestro viaje al Valle de Benasque: magníficos edificios en piedra, con grandes arcos, patios y hermosos jardines, construidos entre los siglos XVI y XVIII; una iglesia, en honor de San Pedro Apóstol, reformada en el siglo XVII, pero que conserva numerosos elementos románicos originales; varias plazas y calles empedradas que son un buen reflejo de la arquitectura popular pirenaica, destacando la de San Gregorio, en la que encontramos un precioso chopo centenario. Elementos, todos ellos, que convierten a esta pequeña aldea en un magnífico conjunto arquitectónico que, sin quererlo o sin darnos cuenta, nos lleva a un hermoso viaje por el pasado.

Barranco de Remáscaro.

Remáscaro es el barranco más importante y peligroso de la zona y tal vez de España. Tiene una enorme cuenca que conduce las aguas de otros siete barrancos próximos que bajan desde una altura de más de 2000 metros. Por su enorme caudal, su gran desnivel (500 m) y la gran cantidad de materiales que arrastra, sus desbordamientos provocan siempre grandes daños. En la riada de 1963, muchas praderas y el puente viejo de Anciles, que quedó completamente destruido, sufrieron la furia de sus aguas. Fuera de esto, el lugar es tremendamente bello y algunos saltos de agua, espectaculares en varias épocas del año.

Cerler / Sarllé

Aunque, a primera vista, parece estar diseñado para el turismo de invierno, por estar repleto de bloques de apartamentos y hoteles y ofrecernos una impresionante estación de esquí: Aramón Cerler, cuando recorres esta otra pedanía de Benasque en su totalidad, te quedas gratamente sorprendido del precioso casco histórico que esconde en su interior y de las numerosas casas nobles del siglo XVI que lo adornan. Es fácil pasar de largo. ¡No olvides que el centro del pueblo guarda una verdadera joya con auténtico sabor pirenaico!.

Benasque / Benás.

Pasear por Benasque es una verdadera delicia. Además de los encantos que hemos relacionado en nuestra reseña, su centro histórico reúne múltiples atractivos que transforman este municipio en un lugar ideal para los amigos de la montaña, del senderismo, de la gastronomía y para los amantes de la paz y de la tranquilidad. Sus edificios de piedra, sus calles y plazas empedradas, sus apacibles rincones y terrazas, sus abundantes comercios, hoteles y restaurantes, sus numerosos eventos, su parking de caravanas, sus copiosos monumentos: Puente medieval, Iglesia de Santa María la Mayor (románica del siglo XIII con modificaciones en el siglo XVII), Palacio renacentista de los Condes de Ribagorza, Casa Juste y Torreón…, hacen que estemos ante un destino con todo tipo de servicios y comodidades que bien merece la pena visitar en cualquier época del año; sin ánimo de asustar, no olvidemos, no obstante, que, en algún extraño momento, podemos vernos sorprendidos por pequeños temblores provocados por la actividad sísmica típica de esta zona pirenaica.

Avisos y recomendaciones

La ruta no es muy exigente, ya que hemos de superar un desnivel de unos 500 metros aproximadamente, pero el estado del suelo, que es muy pedregoso, hace que tengamos que avanzar con cuidado en algunos tramos empinados. Está balizada y es muy fácil de seguir.
El casco histórico de Cerler no está incluido en el track. Si queremos visitarlo, debemos buscarlo en la parte derecha de la carretera. Merece mucho la pena.

Más información en los siguientes enlaces

https://es.wikipedia.org/wiki/Anciles_(Huesca)

https://es.wikipedia.org/wiki/Benasque

Monasterio de la Sierra (Ruta VII/variante corta): interior de la Ciudad Encantada y Calderas de Matalhierro desde el Castillejo.

  • Tipo de ruta: circular.
  • Distancia: 4,330 Kms.
  • Dificultad: fácil con exigencia baja.
  • Duración aproximada de la ruta: 1h.30-2 horas
  • Desnivel: 186 m.
  • Altitud mínima: 1231 m
  • Altitud máxima: 1394 m

Reseña

El Castillejo (1390m), llamado también «La Ciudad Encantanda» por los caprichosos conglomerados silíceos del Cretácico que constituyen este conjunto rocoso, es un enclave singular, cada vez más conocido y visitado, que se encuentra en el paraje denominado «El Burrero», a los pies de las sierras de Trasomo y Neila, en el término municipal de Monasterio de la Sierra (Sierra de la Demanda), a 12 kms de Salas de los Infantes y a 68 de Burgos. Por otro lado, las Calderas de Matalhierro son una serie de hoyas o marmitas que han sido esculpidas por las aguas del río Valladares. 

La ruta es fácil de hacer para cualquier persona que esté acostumbrada a hacer ejercicio físico. Está diseñada con un doble objetivo: visitar la ciudad encantada burgalesa, siempre espectacular pero especialmente adornada de preciosos brezos púrpuras y blancos en el mes de mayo, y asomarnos a la impresionante garganta de Matalhierro para escuchar su suave canto y contemplar su modesta pero bella cascada.

El camino, que transcurre por preciosas veredas flanqueadas por una riquísima flora, es un entorno ideal para aquellos que quieran perderse, solos o en familia, en la serenidad y el silencio de la naturaleza y desconectar de toda su actividad diaria.

Descripción del recorrido

Para hacer la ruta, hemos de llegar hasta Monasterio y conducir después por el Camino de Cargaduelo hasta el alto de El Castillejo (1390 m). Para ello, salimos en coche -mejor si es un todoterreno, pero un coche alto es suficiente-, del centro del pueblo y continuamos por la Calle Mayor hasta una bifurcación de caminos forestales. Nos vamos a la izquierda por el denominado «Camino de Cargaduelo» y ascendemos por una amplia pista forestal, que divide la dehesa, durante unos 5 kms, hasta el El Castillejo.
En lo alto, pronto percibimos que el lugar es único y que tiene unas vistas de tal belleza que te quedas extasiado. Dejamos el Castillejo para el final y, sin mucha demora, iniciamos el paseo regresando al camino forestal y continuando por la derecha. Bajamos unos ochocientos metros y nos vamos en búsqueda de una angosta y escondida senda que nos da acceso a las calderas de Matalhierro. La encontramos a la parte derecha de la pista, unos pocos metros antes de llegar a un puente sobre al arroyo Valladares. La seguimos con cuidado ya que en algunos sitios no es muy visible y muy pronto llegamos a la primera caldera. La cascada , que en otras épocas del año suele soltar un bello, inmenso y sonoro chorro de agua, se nos muestra silenciosa y con escasa agua.
Cumplido nuestro primer objetivo, nos vamos en dirección al pueblo por una angosta senda, bien marcada con múltiples hitos. En el trayecto hasta la zona de Peñalrayo, donde está la senda de subida a la Ciudad Encantada, hemos podido ver un original e interesante colmenar rústico, cruzar por un puente de piedras, único y muy representativo de la arquitectura popular de esta zona, y seguir contemplando preciosas vistas de la Ciudad Encantada.
Estamos ya en el punto donde arranca la vereda que nos subirá por todo el interior de la Ciudad Encantada. Cada cual más hermosa, vamos recorriendo las inimaginables formaciones una a una y comprobando que todas encajan perfectamente con el bellísimo paisaje y colorido de los brezos. Largas paradas en lo más alto para ver, tocar, inmortalizar a las reinas de la ciudad: Peña Amarilla y El Castillejo, e intentar adivinar donde podía ubicarse el desaparecido pueblo de Butrón.
Cumplidos los objetivos, regresamos en coche a Monasterio por el mismo Camino de Cargaduelo, mientras vamos disfrutando de la rica flora de robles albares, brezos, estepas y algunos helechos que flanquean ambos lados de la pista forestal.

Puntos de interés / Waypoints.

Calderas de Matalhierro.

Las Calderas de Matalhierro son unas concavidades cilíndricas de gran profundidad que han sido labradas en las rocas por la acción del agua del río Valladares a lo largo de millones de años. Durante la mayor parte del año, puede contemplarse en ellas una modesta pero preciosa cascada.

Elementos rústicos: colmenar, puente de losas.

Ciudad Encantada / El Castillejo.

A plena vista o en recónditos rincones, tanto en el alto de el Burrero como a lo largo de todo el recorrido de la ruta, podemos encontrar espectaculares relieves y formas más pequeñas de piedra tales como setas, mesas, arcos, formas de animales etc, que se han ido puliendo a lo largo de millones de años por la acción del agua, el hielo y el viento, y que impresionan por su espectacular originalidad y belleza.

Monasterio de la Sierra (núcleo urbano)

Se trata de un pequeño pueblo de montaña que siempre fue lugar de paso de rutas ganaderas como las cañadas. Yace apartado en la ladera sur de la Sierra de Neila y está rodeado de espesos y preciosos bosques de roble albar, lo que le convierte en un lugar de una gran paz y un impresionante silencio. Esto, lejos de ser un óbice, le ha dado un enorme atractivo, siendo en estos momentos un enclave idóneo para el descanso y para estar en permanente contacto con la naturaleza.

El pueblo tiene numerosos monumentos, destacando el Monasterio de Alveinte (1440), que da nombre al pueblo. Apartado unos 3 kms, sólo conserva la iglesia y en un estado bastante ruinoso. Tiene también una hermosa iglesia: San Pedro Apóspol, una ermita: San Cosme y San Damián, unas tumbas antropomorfas traídas desde el antiguo pueblo medieval de Gozmediano/Bustomediano o Aguamediano, y múltiples elementos que son un buen testimonio de la arquitectura que se ha desarrollado en la zona a lo largo de los años: una fuente de piedra maciza, un lavadero, un potro para herrar, una fragua, un abrevadero, chimeneas cónicas, la Torre del reloj, izada por los habitantes del pueblo, y un molino reconstruido.

Avisos y recomendaciones.

Esta variante de la Ruta VII es la forma más sencilla de conocer el Castillejo y el hermoso paraje de rocas que conforman su entorno. La hemos diseñado exclusivamente para hacerla en familia y para aquellas personas que no tengan buena forma física y les cueste caminar. Para todos los demás, recomendamos hacer la Ruta VII íntegra, que es más completa y nos permite pasear por la singular dehesa de Monasterio.
Sin lugar a dudas, se trata de una de las rutas más bellas de la zona de Salas. No está balizada y, aunque el itinerario está repleto de hitos o señuelos, como los denominan los lugareños, hay que estar atentos al track para coger algunos senderos que están poco visibles.
Hay que tener mucho cuidado al acercarse a la caldera si se hace la ruta en época de lluvias. El suelo es muy resbaladizo y uno puede esbarar y precipitarse al fondo de la caldera. Por lo demás, la ruta es fácil y cómoda y el paisaje espectacular.
Es muy recomendable hacerla en el mes de mayo para disfrutar plenamente del colorido púrpura y blanco de los brezos.
Si disponemos de tiempo, merece la pena parar en el pueblo a la vuelta y hacer una breve visita a la iglesia parroquial, a las tumbas antropomorfas que reposan junto al templo, refrescarse en la fuente que nos recibe en su atrio y echar un vistazo a algunos elementos arquitectónicos del pueblo tales como el lavadero, el abrevadero, el potro de herrar y algunas chimeneas cónicas.

Más información en los siguientes enlaces:

Ayuntamiento de Monasterio de la Sierra: http://www.monasteriodelasierra.es/lugares-interes

https://es.wikipedia.org/wiki/Monasterio_de_la_Sierra

Cascadas de Covaleda: Río la Ojeda, La Chorrera, Paso Peñoncito y Arroyo Lechoso. Circular por Matallana.

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  • Tipo de ruta: circular.
  • Señalización: excelente, con balizas y marcas de ruta local, verdes y blancas, durante todo el recorrido.
  • Distancia: 13,310 Kms.
  • Dificultad: fácil con exigencia media por la longitud del recorrido.
  • Duración aproximada de la ruta: 3h30- 4h
  • Desnivel: 392 m.
  • Altitud mínima: 1164 m
  • Altitud máxima: 1486 m

Reseña

La espectacular ruta de las cascadas es uno de los mayores atractivos de la zona de Urbión, ya que a la gran belleza de los saltos de agua se suman hermosos bosques de robles, pinos silvestres, acebos y hayas. La ruta se localiza en el término municipal de Covaleda, a 49 kms de Soria y a 43,2 kms de Salas de los Infantes, en el Espacio Natural de Sierra del Urbión, en los Pinares Altos, en la zona noroeste de la provincia de Soria. La realizamos con la finalidad de contemplar caminando 4 de las 5 cascadas: Río Ojeda, Paso Peñoncito, La Chorrera y El Arroyo Lechoso y disfrutar de los exuberantes paisajes que adornan la zona, típicos de la montaña mediterránea ibérica. De paso, conocer un poco mejor esta vieja villa soriana, fundada en torno al siglo X.

Es una versión corta de nuestra ruta integral para disfrutar andando de una sucesión de 4 cascadas de gran belleza, ya que se inicia y se finaliza en la plaza mayor del pueblo de Covaleda. Para ver también la cascada del Médico, puedes seguir nuestra Ruta II desde el parking de las cascadas, o la Ruta IV/Integral también desde Covaleda. Esta ruta III es sencilla, cómoda y asequible a todo el mundo que esté habituado a hacer ejercicio físico. Está excelentemente señalizada con tablillas de madera tratada, labrada y pintada de esmalte, además de las señales verdes y blancas de ruta local, y no ofrece ningún tipo de dudas en ninguna parte del recorrido.
Es muy recomendable para todas aquellas personas que busquen tener nuevas sensaciones con el agua o la naturaleza, o que quieran descubrir paisajes espectaculares, rincones escondidos, hermosos bosques o pintorescos parajes naturales.

Descripción del recorrido.

Se trata de una ruta circular idónea para hacerla en cualquiera de los dos sentidos. Salimos de la Plaza Mayor del pueblo junto a la oficina de turismo, bajamos por la carretera CL-117 que va a Salduero y la abandonamos muy pronto, en apenas 400 metros a la izquierda. Descendemos por un camino sin marcas claras, que transcurre entre prados y construcciones de granjas, cruzamos un puente sobre el arroyo de La Tejera y enlazamos con la Senda de Matallana. Pronto aparecen las marcas verdes y blancas de ruta local que nos conducen, entre pinos, robles y hayas, hasta las tres primeras cascadas: Río Ojeda, La Chorrera y Paso Peñoncito.
Iniciamos el camino de vuelta a Covaleda desandando un poco más de un kilómetro hasta llegar a un amplio camino que nos baja al parking. Continuando las marcas de ruta local, pronto llegamos a una amplia pista forestal, donde está el aparcamiento que es punto de partida de otras rutas que nos llevan a ver las cascadas – ver rutas I y II de este mismo usuario-. Bajamos por el camino forestal y, tras pasar el basurero, buscamos a la izquierda la bajada a la última de nuestras joyas: El Arroyo Lechoso, que, a pesar de estar próximos al invierno, tan solo lanza unos chorros de agua. De vuelta al camino, seguimos bajando hasta alcanzar la carretera CL-117. Nos vamos al otro lado, cruzamos el Puente de Soria, una bonita construcción originaria del siglo XVII recientemente restaurada, y nos adentramos en el área recreativa del Refugio de Pescadores. Un puente colgante nos llevará hasta el otro lado del río. Nos vamos a la derecha, pasamos frente al camping del mismo nombre que el parque y al lado del cementerio municipal. Por un nuevo puente, volvemos a la carretera de Soria y cruzamos al otro lado para tomar un camino que, rodeando varias construcciones, nos acerca a nuestro punto de partida.




Mapa y elevación

Enlace Wikiloc

Puntos de interés / Waypoints

Las Cascadas

Si, hasta hace no mucho tiempo, la mayoría de los senderistas que se acercaban a Covaleda querían tocar y empujar la «Piedra andadera» para conocer el movimiento secreto de esta enorme roca, hoy podemos decir que, de los muchos espacios pintorescos que tiene Covaleda, las cascadas son su principal reclamo. No tienen una gran altura e, incluso, podemos encontrarlas casi secas en verano, pero su gran belleza y el entorno en el que se ubican las convierten en espacios únicos en primavera y en otoño, y en escenas sorprendentes e inéditas en invierno, cuando no es extraño encontrarlas heladas.

Puente Soria sobre el Río Duero

Construido en el siglo XVII, fue declarado Bien de Interés Cultural, con la categoría de monumento, en el año 2000. De gran esbeltez, destaca por su estructura realizada en sillares de buena factura. Situado a escasos dos kilómetros del casco urbano, en el antiguo Camino de Covaleda a Soria, fue un importante paso para los carreteros que transportaban madera y lana a todos los puntos de España.

Refugio de los Pescadores.

Enclavado junto al río Duero, en medio de uno de los pinares más grandes de España y en una zona de gran valor paisajístico, el Refugio de los Pescadores nos ofrece tres atractivos muy interesantes: un refugio, un camping y un área recreativa con fuente, fuegos y espacios para el deporte. El lugar es ideal para pasar unos días con los amigos o en familia disfrutando de la paz y el silencio que transmite este maravilloso rincón natural.

Covaleda

Situado entre las sierras de Urbión y de Resomo, el pueblo de Covaleda, cuyo nombre procede de la existencia de cuevas en su entorno, está rodeado de enormes bosques de pinos, robles, hayas y acebos que esconden múltiples lugares pintorescos que atraen millares de visitantes. Atravesado por un jovencísimo río Duero, su caudal puede sortearse por dos hermosos puentes catalogados como Bien de Interés Cultural: el ya mencionado Puente de Soria y el de Santo Domingo. Destacan en su casco urbano dos importantes monumentos religiosos: la Iglesia dedicada a San Quirico y Santa Julita, templo de estilo gótico-tardío construido a finales del siglo XVII sobre otra anterior del siglo XV, y la Ermita de la Virgen del Campo, levantada entre los siglos XVII y XVIII y adquirida por los naturales a los monjes Benitos de Oña.

Los primeros vestigios de esta villa se remontan a la Edad de Bronce y está documentada la presencia de tribus celtíberas -hay interesantes hallazgos de estas épocas en el Museo Numantino de Soria-, y de los romanos en la zona -pueden verse unos tramos de la calzada romana en sus proximidades-. Sabemos no obstante, que Covaleda fue fundada poco antes del siglo X porque aparece citada en las crónicas de Fernán González haciendo referencia a sus contiendas con los moros.

Hoy se nos presenta como un pueblo de construcción moderna con bonitas casas de piedra balconadas, debido a que un incendio arrasó la mayoría de sus casas antiguas un 8 de septiembre de 1923. Los aproximadamente 1600 covaledenses que habitan la villa, también conocidos como «Bretos» seguramente por la existencia de pueblos bretones en sus tierras, tuvieron la carretería como su principal medio de vida desde el siglo XIV; al verse sustituida ésta por modernos medios de transporte, la trasformación de la madera ha tomado el relevo como base principal de su economía, compitiendo cada día más con el turismo, que se ha convertido en otra fuente importante de ingresos para una localidad perfecta para disfrutar plenamente de la naturaleza y realizar actividades tales como senderismo, montañismo, ciclismo de montaña y esquí de travesía.

Avisos y recomendaciones

Esta ruta es una nueva forma de acceder a las cascadas por el denominado camino de Matallana, que ha sido recientemente señalizado por nuestros amigos de Covaleda. Una gran labor que permite visitar a pie 4 de las 5 cascadas. Nos quedaría la Cascada del Médico que podemos ver si seguimos la Ruta II o la Ruta IV de este mismo usuario.
La ruta es bellísima. La hemos calificado de exigencia media, sobre todo, por su longitud, ya que no ofrece ninguna dificultad específica a cualquier persona que esté habituada a caminar. No obstante, debemos tomar precauciones en las bajadas de las cascadas; en invierno, suelen estar resbaladizas por el barro, la nieve o el hielo.
Es muy recomendable hacerla en épocas de lluvias o deshielo, ya que en verano o bien lanzan poco agua o puedes encontrarlas secas, como es el caso de la del Arroyo Lechoso. En invierno, con mucha suerte podrías encontrarlas heladas.

Ayuntamiento de Covaleda: http://www.covaleda.es/zona-pinares/senderismo-y-rutas

Valle de los Buitres / La Buitrera desde el Puente de la Viña de Hortigüela.

  • Tipo de ruta: circular.
  • Señalización: algunos hitos sueltos.
  • Distancia: 15,510 Kms.
  • Dificultad: fácil con exigencia media.
  • Duración aproximada de la ruta: 4-4.30 horas
  • Desnivel: 381 m.
  • Altitud mínima: 904 m
  • Altitud máxima: 1144 m

Reseña

El Valle de los Buitres, popularmente conocido como la Buitrera o la Cueva, es uno de los rincones más singulares de la comarca de Salas; se sitúa en el Parque Natural de Sabinares del Arlanza-La Yecla, entre las poblaciones de Hortigüela y Covarrubias, en la comarca de la Sierra de la Demanda, a 44 kms de Burgos y a 16 de Salas de los Infantes, en el suroeste de la provincia de Burgos. Está enclavado en el Valle del Arlanza, uno de los lugares con mayor interés natural de toda la provincia.

La Buitrera puede abordarse desde diferentes puntos, dependiendo de la época en que vayamos a visitarla. Entre los meses de mayo y octubre, la mejor opción es desde el área recreativa del Torcón (Ver Ruta I de este mismo usuario), ya que hemos de cruzar el río Arlanza por una presa de hormigón que, en esta época del año, suele llevar poca agua. En épocas de muchas lluvias y en invierno, existe la alternativa de hacer un recorrido muy similar desde el puente de La Viña, situado en las proximidades del Monasterio de San Pedro de Arlanza.

Como estamos en noviembre y el río baja bastante caudal, hoy hemos seleccionado la segunda posibilidad con la finalidad principal de dar un evocador paseo por la ribera del río, disfrutar del solemne vuelo de los buitres leonados y de una excelente panorámica desde el Alto de la Encinilla. Una vez arriba, mientras recorremos los farallones por su parte más alta, avistaremos impresionantes vistas del valle del Arlanza que a nadie dejan indiferente.

En resumen, la observación de varias aves rapaces, el paisaje que se observa en todo el recorrido, su riquísima flora con extensos bosques de sabina albar y algunas encinas en lo alto y fresnos, sauces y alisos en la ribera del río, es una oportunidad única para agotar la batería de nuestra cámara y retratar la perfecta armonía con la que se mezclan la fauna y la flora a partes iguales en todo el recorrido. Una ruta única e inolvidable.

Descripción del recorrido

Tomando como base y referencia la versión estival de esta ruta, diseñada por nuestro amigo Juan Ángel Benito (usuario Ledanías), iniciamos la ruta en el Puente de la Viña, situado a 6,5 kms de Hortigüela y a 1,3 kms del Monasterio de Arlanza, en la carretera CL-110 en dirección a Covarrubias, y avanzamos por una preciosa vereda que va junto a la ribera del río Arlanza. El camino, además de apacible e increíblemente hermoso, nos deleita con una gran variedad de árboles que habitan junto al río y con preciosas vistas de la Ermita de San Pelayo en lo alto, del Monasterio de San Pedro de Arlanza al otro lado del río, y de los acantilados que nos esperan arriba en la meseta. Continuamos hasta un poco más adelante de la presa de El Torcón, donde nos vamos hacia la derecha para ir en busca de nuestro primer objetivo: el Valle de la Cueva, reserva de buitres leonados. Pronto podemos disfrutar de la presencia de un montón de rapaces tomando tranquilamente el sol o sobrevolando el valle. La estampa es única y espectacular. El paraje, un singular refugio de paz , sosiego y tranquilidad.
Cuesta abandonar este precioso andurrial, pero hemos de volver al circuito para continuar nuestro camino. Desandamos unos 400 metros y subimos al Alto de la Encinilla. Como buenos conocedores del lugar, ante la alternativa de seguir la ruta o trepar hasta un falso mirador, optamos por lo segundo. Pegados a una valla que afea y mucho el paisaje, alcanzamos el borde del acantilado, desde donde contemplamos unas espectaculares vistas del Valle del Arlanza, de la Sierra de Peñalara y su Picón, y de la Sierra del Mencilla al fondo. Preciosas son también las imágenes de Hortigüela y Cascajares a las faldas del peñón.
Regresamos por la misma vereda, en algunos momentos sin ninguna señalización, para ir de nuevo a la senda principal y seguir todo recto hasta un balcón natural desde el que podemos ver otra bonita panorámica de la buitrera. Avanzamos unos metros y pronto estamos en la meseta que se encuentra al otro lado de la cueva. Una buena pista forestal, flanqueada por viejos enebros o sabinas albares y frondosas encinas principalmente, nos acompaña durante unos dos kilómetros hasta abandonarla para desviarnos unos 200 metros a la derecha y acercarnos, campo a través, al mirador de la Cueva del Búho. Quedamos extasiados por el fantástico paisaje del valle, el sabinar que rodea el Cerro de San Cristóbal y la silueta lejana del Monasterio de Arlanza.
Retomamos la marcha por un borroso sendero que avanza junto al cortado. Apenas 1 km más adelante, fácilmente encontramos a la derecha una brecha en la que arranca la bajada hacia el río Arlanza. La vereda hasta el río es bastante empinada y está repleta de cantos rodados, por lo que es muy recomendable descender con cuidado.
Ya cerca del río, continuamos por la izquierda para tomar de nuevo el sendero inicial que nos había traído hasta aquí y que, ahora, nos devuelve a nuestro punto de partida en el Puente de la Viña.

Mapa y elevación

Enlace Wikiloc

Puntos de interés / Waypoints

Ribera del Arlanza. Presa del Torcón

Habitada por los clásicos chopos, sauces, fresnos y algún aliso, la senda que recorre la orilla del río Arlanza es especialmente bonita. Las serpenteantes veredas junto al río, las vistas de los farallones desde abajo y las laderas de los cantiles cargadas de exuberante flora modelan un paisaje cargado de mucha personalidad.

La Buitrera / Valle de la Cueva

Paraje único en el que habitan más de 100 parejas de buitres leonados y en el que tampoco es extraño avistar algún alimoche o alguna águila real. Observar el vuelo de estas rapaces y dejarse envolver en el silencio y la paz de este maravilloso entorno es una sensación que siempre recordarás. Para respetar la reproducción de las aves, recuerda que no se permite acercarse a las rocas entre los meses de enero y julio.

Alto de la Encinilla

En este monte, hay dos impresionantes balcones naturales desde los que se pueden contemplar preciosas vistas de las poblaciones de Hortigüela y Cascajares y de la Sierras de Peñalara y del Mencilla al fondo por un lado y, por otro, una hermosa estampa de los acantilados en los que habitan las rapaces.

Vistas desde los farallones

Durante la ruta que recorre los diferentes farallones aparecen diferentes balcones como el Mirador del Búho en los que quedamos extasiados por la fantástica panorámica del valle y del Monasterio de Arlanza. Un frondoso bosque de sabinas albares y de encinas adorna este espectacular recorrido junto al cortado de la meseta.

Avisos y recomendaciones

Ruta bellísima y fácil de hacer, aunque la hemos clasificado con una exigencia media por su longitud. No presenta apenas dificultades y el suelo en general está en buen estado. Transcurre principalmente por veredas muy bien marcadas por el frecuente uso de los caminantes y por una pista forestal que recorre la meseta. Es fácil de seguir, excepto unos metros antes de llegar al mirador de la Cueva del Búho, donde vamos campo a través durante unos 200 metros.
En el Valle de la Cueva, hay carteles que prohíben aproximarse o transitar cerca de las rocas y cortados, entre los meses de enero y julio, para no molestar la cría de estas especies sensibles.
Este recorrido es la mejor alternativa para hacer la ruta en cualquier época del año (nuestra Ruta I sólo puede realizarse en época estival por tener que cruzar la presa de «El Torcón»).

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Más información en los siguientes enlaces:

Ayuntamiento de Hortigüela: http://www.hortiguela.es/

https://es.wikipedia.org/wiki/Hortig%C3%BCela