

- Tipo de ruta: circular
- Señalización: sólo algunos tramos.
- Distancia: 15,240 Kms.
- Dificultad: fácil con exigencia media.
- Duración aproximada de la ruta: 4h-4h30
- Desnivel: 230 m.
- Altitud mínima: 965 m
- Altitud máxima: 1040 m
Reseña
Esta preciosa ruta se inicia y tiene su fin en la villa de Castrillo de la Reina, localidad que se encuentra en el sureste de la provincia de Burgos, en la Sierra de la Demanda, a 6 kms de Salas de los Infantes y a 61 de Burgos. Castrillo es bien conocido por la excelente conservación de sus casas, por el mimo que ponen sus gentes en la elaboración y exhibición de sus preciosos trajes regionales, por haberse hallado en sus tierras huellas de dinosaurios y magníficos ejemplares de árboles fósiles como el de Matalaguna, y, sobre todo, por su pasión por el teatro: en agosto, los vecinos del pueblo, dirigidos por el profesor e investigador Abilio Abad, hacen una magnífica representación de la obra “Los Siete Infantes de Lara” enfrente del atrio de su iglesia. Pasa desapercibido, no obstante, que este bonito pueblo está rodeado de interesantes necrópolis del Alto Medievo: La Covacha de Santiuste, El Villar, La Cueva de los Moros o de las Monjas, Veguillas del Mercado, Saélices o San Felices y Santa Ana.
La caminata de hoy tiene, precisamente, el objetivo de descubrir o topar con las ruinas de estas seis necrópolis que forman parte del patrimonio arqueológico de este término municipal, a la vez que vamos contemplando la bonita mezcla de robles, pinos, estepas, helechos y especies animales que conforman el cautivador hábitat natural de esta bella localidad serrana. No hemos incluido la necrópolis de Hornillos ni la de Aguamediano o Gozmediano por encontrarse a desmano y en terreno de Ledanías; no obstante, la primera puede visitarse fácilmente en coche, ya que se encuentra ubicada junto al observatorio de aves que hay en la presa de cola de Los Vados y al lado de una tenada en ruinas. La segunda es mejor abordarla desde Monasterio de la Sierra.
El recorrido que os proponemos es sencillo, aunque un poco largo. Debido a su escasa señalización, ofrece la dificultad de tener que ir muy atentos al track, y de tener que andar por algunos tramos en mal estado, dificultad que se ve altamente compensada por la cantidad de atractivos naturales, paleontológicos e históricos que nos ofrecen el pueblo y sus alrededores. En apenas cinco horas, podemos acercarnos a un lugar tan evocador como la Cueva de los Moros, pasear entre bonitos robledales, perdernos en la contemplación de preciosas vistas desde el balcón natural de la Muela, visitar peculiares habitats naturales, disfrutar de un paisaje original y diferente, o relajarnos en un lugar cargado de múltiples atractivos, sobre todo, en las épocas de primavera y otoño.
Descripción del recorrido.
Asesorados por Abilio Abad, natural de la villa, investigador y gran conocedor de la historia de Castrillo y Ledanías; acompañados de nuestro amigo Alberto Carretero, también vecino del pueblo y frecuente compañero de ruta y corredor de carreras de montaña, salimos de la Plaza de Felipe VI, donde está el Ayuntamiento y la Iglesia de San Esteban. Nos dirigimos por la carretera comarcal CL-117 a lo alto del pueblo, donde está situada la primera necrópolis: la Covacha de Santiuste. Pronto vemos un panel informativo que nos explica que se trata de un yacimiento religioso-funerario, de los siglos IX-X, formado por una ermita semirupestre cavada en la roca, cinco tumbas antropomorfas y algunos vestigios de habitáculos. Tras esta primera visita, bajamos a la carretera, la cruzamos y nos acercamos a un precioso lavadero, magníficamente conservado, y a una fuente que «los de Castrillo» distinguen como «de arriba». La ruta puede continuarse por un amplio camino, pero tomamos una bonita vereda, que avanza sobre las rocas primero y entre una gran cantidad de matorrales de roble y estepas después, que desemboca en un camino rodado que llega casi hasta la carretera comarcal CL-117. Al llegar a la calzada, nos desviamos a la derecha para aproximarnos a una inmensa cantera de piedra arenisca, que podemos ver desde lo alto y, posteriormente, desde la puerta de entrada. Seguimos descendiendo y, en una pequeña pradera, cogemos una angosta senda que nos llevará a la necrópolis de El Villar, primero, y hasta la Covacha de los Moros después.
En el pequeño trayecto de ida y vuelta a la Covacha, vemos las ruinas del Molino del Soto, de escaso interés, y una gran vega repleta de chopos. En la cueva, nos sorprende el perfecto estado de la mayoría de las tumbas antropomorfas, teniendo la sensación de que nos encontramos en un cementerio de lujo. Larga parada para disfrutar de la paz y el silencio del lugar y regreso en dirección a Castrillo. Desandamos algo más de un kilómetro y, en la pradera en la que nos habíamos desviado anteriormente, nos vamos ahora por el camino tradicional que viene desde Castrillo. Tendremos, un poco más adelante que nos encontramos en un cruce de caminos (km 6,3), la posibilidad de hacer la ruta básica de sólo 4 necrópolis y regresar a Castrillo por un camino de zahorra que nos lleva directamente al acceso a la Muela; sin embargo, la aventura sigue y no deberíamos abandonar. Torcemos a la izquierda para visitar el molino de Valcornejo, éste bien reconstruido y habitado, y salimos a la carretera de Moncalvillo, BU-V-8222. Desde la confluencia con el camino ascendemos por la izquierda para buscar el despoblado más complicado: Veguillas del Mercado. En él, sólo queda una tumba antropomorfa, aunque intuimos que pudo haber habido más estructuras altomedievales que no están documentadas. Para seguir con nuestra andanza, volvemos a la carretera, la cruzamos y nos vamos por el camino que hay al otro lado. Pronto vemos las vías que aún siguen ahí desde que dejara de funcionar el ferrocarril en 1975. Seguimos una bonita senda que va paralela a las vías, primero por la izquierda y luego por la derecha, hasta llegar al río Saelices. Hoy, tenemos suerte y su bajo caudal nos permite vadearlo fácilmente. Apenas unos 400 metros y habremos llegado a los restos del despoblado de Saelices o San Felices. Ya sólo nos queda Santa Ana. Como el cementerio está situado en lo alto del Cerro de la Muela, nos dirigimos hacia el pueblo por un camino rodado y una pista forestal que desemboca junto a la Calle Mayor, donde cogemos una angosta vereda que nos sube hasta la ermita. Tras una placentera estancia en el banco que desde la parte trasera de la ermita mira a la Peña de Carazo, descendemos hasta la Plaza Mayor, entramos en el atrio de la iglesia para ver detenidamente su bella portada, y damos por finalizada la ruta.

Mapa y elevación
Enlace Wikiloc
Necrópolis de Santiuste.
Localizada en un montículo situado en la parte alta de Castrillo de la Reina, se trata de un yacimiento religioso-funerario, de los siglos IX-X, formado por una ermita semirupestre, cinco tumbas antropomorfas y algunos vestigios de habitáculos. Popularmente se la conoce como Covacha de Santiuste.


Necrópolis de El Villar.
Situada a unos dos kilómetros al Suroeste de Castrillo. Conserva El Villar o, lo que es lo mismo, despoblado de Villanueva de Turón 9 tumbas antropomorfas y algunas de lajas. Con dificultad, también pueden localizarse las improntas de lo que pudo ser una antigua ermita.


Cueva de los Moros o de las Monjas.
Situada a dos kilómetros al sureste de Castrillo, esta cueva natural sorprende por el buen estado de sus 9 tumbas antropomorfas, teniendo la sensación de que visitamos un cementerio de lujo. Llaman la atención los hermosos relieves en el techo y defrauda la imposibilidad de leer el cartel informativo que preside este eremitorio rupestre. Está documentada la existencia de un poblado, al que pertenecía el cementerio, conocido como Valdefornos. En algunos documentos antiguos también se le menciona con el nombre de San Salvador.




Despoblado de Veguillas del Mercado
Está muy escondido y sólo queda una tumba antropomorfa, aunque pudo haber habido más estructuras altomedievales que permanezcan enterradas.


Necrópolis de Saélices o San Felices.
Se localiza junto al río Saélices, a 3 kilómetros al sur de Castrillo de la Reina y en dirección a Hacinas. En la necrópolis pueden contarse veinte tumbas antropomorfas, algunas de ellas dobles, sobre el borde del cortado rocoso.


Ermita y necrópolis de Santa Ana
Este cementerio está ubicado en el Cerro de la Muela, el recinto más querido y frecuentado por los castrillenses. Junto a la Ermita que preside el Alto de la Muela, hay cinco tumbas que certifican que estamos ante otra necrópolis. El lugar es hermoso y tiene unas fantásticas vistas de varios pueblos de alrededor. En el recinto, podemos comprobar que estamos en un pueblo caracterizado por sus árboles fósiles y que las vistas de la Peña de Carazo, del Gayubar y de la Sierra de Mencilla son fascinantes.
Castrillo de la Reina












La ruta sólamente está señalizada con algunas marcas azules y blancas el algunos tramos de la primera parte de la ruta, por lo que hemos de estar muy pendientes al track para poder seguir el recorrido. El acceso a Veguillas del Mercado está bastante cerrado por la vegetación, por lo que es importante llevar vestimenta larga para no hacerse rasguños o heridas en las piernas. La entrada más común a Saélices está cortada por la caída de un árbol. Hemos de rodearlo para llegar a lo alto de la peña que guarda las tumbas.
En épocas de calor, no debemos olvidar llevar mucha agua, ya que no encontramos fuentes en todo el recorrido. En épocas de lluvias y en invierno, el río Saélices baja bastante caudal y cuesta cruzarlo, por lo que es mejor hacer la ruta en primavera o en otoño. En verano, hace mucho calor y hay muchos mosquitos que hacen el camino muy molesto.
Más información en los siguientes enlaces:
Ayuntamiendo de Castrillo de la Reina: http://www.castrillodelareina.es/
Castrillo de la Reina: https://es.wikipedia.org/wiki/Castrillo_de_la_Reina

D. Julio, cada día eres más profesional comentando rutas, una gozada el que sigas aportando tus rutas con tanto detalle a los que somos amantes de la naturaleza. Un abrazo. ________________________________
Me gustaMe gusta
Muchas gracias amigo por tu excelente comentario. Cuando uno hace lo que le gusta, suele poner empeña en hacer las cosas bien.
Me gustaMe gusta