La ruta de la Herramienta se inicia y tiene su fin en el bonito pueblo de Castrillo de la Reina, localidad que se encuentra en el sureste de la provincia de Burgos, en la Sierra de la Demanda, a 6 kms de Salas de los Infantes y a 61 de Burgos. Tiene el objetivo de acercarnos al observatorio de aves, recientemente creado en la presa de cola del pantano de Castrovido, recorrer los hermosos parajes que rodean Castrillo: Camposoto, Becedillo, la Cueva, la Herramienta etc.., y conocer la rica historia de esta villa castellana.
El recorrido que os proponemos es sencillo; aunque difícil de seguir por su escasa señalización, sólo ofrece la dificultad de tener que ir muy atentos al track y de tener que andar una cierta distancia, que se ve altamente compensada por la cantidad de atractivos naturales, paleontológicos e históricos que nos ofrecen el pueblo y sus alrededores. Acercarse a un lugar tan evocador como la Herramienta, pasear por la dehesa entre bonitos robledales, o perderse en la contemplación de preciosas vistas es algo que puede hacerse desde diferentes balcones naturales y altiplanicies de esta ruta. En apenas cinco horas, podemos caminar un buen rato, visitar peculiares habitats de aves, jabalíes, corzos y ciervos, disfrutar de un paisaje original y diferente, y relajarnos en un lugar poco conocido por los foráneos, pero cargado de múltiples atractivos, sobre todo en las épocas de primavera y otoño.
Descripción del recorrido.
Guiados por nuestro amigo Alberto, lugareño, gran conocedor de los senderos de su tierra y gran amante de la naturaleza, salimos de la Plaza de Felipe VI, junto a la Iglesia del pueblo, y avanzamos por Barrio Corralejo en dirección a la dehesa de Camposoto. Abandonamos brevemente el camino para adentrarnos en el precioso paraje de Becedillo. Volvemos al camino rodado para continuar hasta la presa de cola del pantano, donde nos acercamos a un puesto de observación de aves con una buena panorámica del embarcadero. Retomamos el camino para irnos ahora en búsqueda de nuestro segundo objetivo: el bello paraje de la Cueva. Camino de La Herramienta, nuestro último objetivo, nos sorprende la existencia de varias bañeras de jabalíes y un precioso observatorio natural de piedras. En la Herramienta, disfrutamos de hermosas vistas entre las que destaca la del Cabeza de San Vicente y bajamos por una escalera de piedra hasta la cueva que ha sido bautizada con el nombre del lugar. Volvemos a Castrillo por una hermosísima vereda, haciendo una última parada para ver otra de las curiosidades de la ruta: las lagunas ciervas. Continuamos por la misma vereda y llegamos al amplio camino forestal que une Castrillo con Salas. Preciosas vistas del pueblo y del Alto de la Muela que nos recuerdan que nos estamos acercando a nuestro punto de partida.
Lugar de encuentro y de ocio en el que podemos ver un precioso cubillo de madera y varias mesas para comer. Si deseas asar, llama la atención y es un acto de generosidad que el propio ayuntamiento de Castrillo te proporciona leña in situ.
Presa de cola. Observatorio de Aves.
En esta zona se está habilitando un área recreativa que comprende una zona de playa, un embarcadero para embarcaciones sin motor y, junto a la presa de cola, un merendero con mesas y un puesto de observación de aves, en el que también hay varios carteles de información sobre las aves que lo habitan de forma temporal o permanente.
Paraje de La Cueva
En este lugar, hay un hermoso balcón natural y es apasionante escuchar en otoño las bramas de los ciervos en la época de berrea.
Paraje de La Herramienta
En las proximidades de este bello lugar, llama la atención la existencia de varias bañeras de jabalíes y un precioso observatorio natural de piedras que suponemos tenía como destino la vigilancia de los montes de alrededor. En la Herramienta, preciosas vistas del Pico San Vicente y una original escalera de piedra que nos baja hasta la Cueva del mismo nombre. Un poco más adelante, las lagunas ciervas que, por esta época, embalsan una buena cantidad de agua.
Castrillo de la Reina
Este bonito pueblo, de apenas doscientos habitantes, está rodeado de interesantes necrópolis de la Alta Edad Media, entre las que destacan La Covacha de la Monjas, Saélices, Hornillos y Gozmediano o Aguamediano. También tiene una interesante ermita rupestre en Santiuste y se han enontrado en sus alrededores árboles fósiles, como el de Matalaguna que puede visitarse con un paseo de 3 kms, huellas de dinosaurios e importantes fósiles. Entre sus lugares más peculiares está el Alto de la Muela, un pequeño monte con una ermita: Santa Ana, desde el que se puede disfrutar de una excelente panorámica de varias cimas del entorno. El pueblo es muy conocido por la representación teatral de la obra Los 7 Infantes de Lara, que, cada mes de agosto, vecinos del pueblo, magníficamente dirigidos por el profesor Abilio Abad, representan en frente del pórtico de su iglesia.
Avisos y recomendaciones
La ruta sólamente está señalizada con algunos hitos y marcas de corte de hacha en los árboles, por lo que hemos de estar muy pendientes al track. Si queremos vernos sorprendidos por alguna brama de los ciervos y ver agua en las bañeras de los jabalíes y en las lagunas de los ciervos, es recomendable hacer la ruta en otoño.
Señalización: Buena. Líneas amarillas, balizas y flechas.
Distancia: 11, 5 kms.
Dificultad: Fácil con exigencia baja.
Duración aproximada de la ruta: 3.30 – 4 horas.
Desnivel: 180 m.
Altitud mínima: 965 m
Altitud máxima: 1050 m
Reseña
Hacinas, derivado del sustantivo latino Facinas con el significado de montones de haces, es un pueblo milenario con una gran historia e innumerables tradiciones en el que , hoy en día, viven menos de 200 vecinos, cuando en 1950 había 435 habitantes. En el pasado dedicados al pastoreo y a la agricultura, sus habitantes actuales son principalmente gente mayor, varias parejas de jóvenes que han optado por quedarse en el pueblo, y algunos hacinenses que han decidido volver a sus raíces a descansar y vivir una tranquila jubilación. Ampliamente conocido por su romería de Santa Lucía, sus carnavales, sus árboles fósiles y por el Alpaka Fest, está localizado a 4 kms de Salas de los Infantes y a 59 de Burgos, en la comarca de la Sierra de la Demanda, en la provincia de Burgos.
La ruta, una de las más visitadas por nuestros seguidores, tiene varias finalidades: conocer los árboles fósiles expuestos en esta preciosa villa milenaria y acercarnos a alguno de los parajes del municipio tales como Las Trisineras y San Marcos donde se formaron hace más de 120 millones de años; pasear por la preciosa dehesa de Hacinas para contemplar su rica vegetación y sus hermosos robles centenarios; visitar la bonita charca del Humedal y su peculiar lavadero.
Es una caminata fácil entre preciosos robles, estepas y pinos de repoblación por el entorno de Hacinas. El itinerario, que discurre por sendas y veredas claras y limpias por el frecuente paso de senderistas, es una combinación de tres rutas de senderismo marcadas por varios lugareños voluntarios hace unos años: La Magdalena, San Marcos y Hacinas-Cabezón. Recientemente ha sido señalizada con flechas, balizas y franjas amarillas por voluntarios de la asociación Amigos de Hacinas. Te acerca a parajes hermosos y lugares recónditos de este pueblo, destacando la zona del Humedal, la Cueva de San Marcos y la Magdalena, donde podemos ver una fuente de aguas sulfurosas y restos de una ermita semirupestre. El colofón, para culminar un día inolvidable en uno de los pueblos más activos, interesantes y bellos de nuestra provincia, lo ponen los innumerables puntos de interés que encontramos en su casco urbano: Iglesia de San Pedro (siglo XVII), Museo del Árbol Fósil, cuatro árboles fósiles expuestos en la calle, Torre-campanario del Sagrado Corazón, el Castillo, escenario de El Baile, cueva de los Moros, mirador de San Cibrián con preciosas vistas de la Peña de Carazo o de Villanueva etc… ¡Marcharás encantado y con ganas de volver!.
Siguiendo un sendero que nos había diseñado nuestro amigo Agustín, lugareño y gran conocedor del terreno hacinense, salimos del centro del pueblo, junto al Museo del Árbol Fósil, y continuamos por la Calle Nueva y La Carrera hacia Fuente Saz. Cruzamos el río Gete y Hacinas, abrimos y cerramos un vallado que da acceso al Soto, atravesamos Vallelaisa, pasamos por Olla Madrón y nos dirigimos a la Magdalena. Fácilmente y junto al camino principal encontramos la Fuente la Huevera (km 3,2). Un poco más allá, el pinar de la Magdalena. Trago de agua de rigor, como manda la tradición, para comprobar su peculiar sabor y su extraño olor a huevos podridos, y una rápida visita a las peñas, situadas a unos 100 metros en dirección este, que albergaron una ermita semirupestre. Volvemos al camino principal y hacemos una breve parada en la «Peñita el vino», emulando a antiguos pastores del lugar que se reunían aquí para hacer el avituallamiento juntos y , también, para dirimir sus desencuentros y diferencias en el reparto de pastos. Pronto cruzamos una cancela, lo que nos indica que dejamos Ledanías y entramos en terreno de Hacinas, y ascendemos hasta una amplia roca a nivel del suelo, curiosamente denominada «Tenada Quemada», en la que es interesante observar inscripciones y dibujos grabados por los pastores en las rocas. Un poco más adelante, desvío hacia la izquierda para visitar Las Trisineras (km 6,1), yacimiento donde, en el año 1976, fue destapado el árbol fósil número 1 que está delante del museo. El ejemplar número 2, que vemos tumbado en un rincón en la subida a la iglesia del pueblo, fue encontrado en Vallejo la Zarza, lugar no visitado en este recorrido. Vuelta a la senda principal para acercamos a la Peña San Marcos. Accedemos a ella por una puerta principal de entrada, señalizada con una tablilla de madera labrada, y subimos al balcón natural para contemplar una gran masa forestal y bellísimas vistas de la parte que mira hacia Cabezón. En la Peña San Marcos hallamos la la cueva (km 6,9), un buen molde de árbol fósil colgado a 6 m de altura, y algunos moldes más pequeños pegados al suelo. Se cree que la cueva pudo ser habitada por eremitas. Abandonamos San Marcos por el sur y nos encaminamos, por el camino de Cabezón, hacia otros lugares espectaculares de la ruta: La Roblada, Los Valles, Peña Valdespinos y las Tenadas de Valdemolino. A 1,5 km del pueblo encontramos la joya de la corona, el Humedal (km 10,2), varias lagunas pequeñas y una principal en las que muchas aves migratorias encuentran refugio y alimento. Larga parada y tiempo para recordar viejas anécdotas de nuestra niñez ayudando a nuestras madres a portar la ropa hasta este lavadero con una destartalada carretilla. Regresamos a la pista principal y, a la altura del Soto, divisamos una bonita silueta del pueblo, el cual alcanzamos pronto a través de la Avenida del Árbol Fósil, en la que se ubica el Museo del Árbol Fósil, donde damos por finalizada esta bonita marcha. Antes de abandonar el pueblo, hacemos una exhaustiva visita al Museo del Árbol Fósil, que hemos reservado en la página web de Museos Vivos de Castilla y León, para conocer el proceso de transformación de estas coníferas en árboles petrificados. Después, recorremos los otros lugares de interés que hemos mencionado más arriba y descrito más abajo, prestando especial interés a los árboles fósiles, motivo principal e hilo conductor de nuestra ruta, y al entorno del Castillo, símbolo de la rica historia de este precioso pueblo.
Procedentes de coníferas sepultadas en la Era Secundaria o Mesozoica y con una antiguedad de 120 millones de años, los árboles fósiles que hoy se exponen fueron descubiertos por los pastores locales y desenterrados en los años noventa del siglo pasado. Hay 7 ejemplares localizados, de los cuales 3 han sido trasladados al municipio. El más importante está en la plaza, junto al Centro de Interpretación. De unos 6 m de longitud, se han izado 3.20 m, permaneciendo los tres trozos restantes tumbados en el suelo. Fue encontrado en el paraje de Las Trisineras, lugar que visitamos en esta ruta. El segundo, es un ejemplar completo de unos 5 m. Lo podemos ver tumbado y protegido por un tejado a la izquierda de la calzada que sube a la iglesia. Fue encontrado en Vallejo la Zarza, lugar no visitado en este recorrido. El tercero, colocado a la entrada del pueblo, es una reconstrucción de varios trozos de un árbol petrificado. Hay un cuarto árbol encastrado en la falda del castillo que mira al cementerio. En la cara norte del castillo, hay una cueva, la de los Moros, que también es considerada un molde de árbol fósil.
Inaugurado en el año 2009, el centro de interpretación dispone de múltiples ilustraciones y varios videos y notas explicativas sobre el origen y formación de los árboles fósiles. Tiene, además, una película sobre el lugar en el que fueron encontrados y una reproducción del bosque en el que cohabitarían estos árboles y los dinosaurios hace millones de años.
La Magdalena y la Fuente la Huevera.
Ahora desaparecido y con tan solo unos entalles o improntas como prueba de su existencia, se sabe que el nombre del lugar y del pinar provienen del templo semirupestre que hubo en el lugar en la Alta Edad Media. Muy próxima está la Fuente de la Huevera, conocida por el peculiar sabor y el extraño olor a huevos podridos de las aguas sulfurosas que manan a través de un gran tronco de roble.
En el número 65, página 32 de la Revista Amigos de Hacinas que puedes encontrar en su WEB, aparece un interesante artículo de Elías Rubio Marcos sobre las fuentes de Hacinas y la calidad de sus aguas.
Las Trisineras.
Las Trisineras es el yacimiento del árbol fósil que está expuesto enfrente del Museo del Árbol Fósil. Se extrajeron 6 m y todavía quedan enterrados muchos más. Se cree que podría medir casi 30 metros. Ha sido descrito por los investigadores Luis García Esteban y Paloma de Palacios de la Universidad Politécnica de Madrid, como una especie nueva, que ellos han denominado Protopodocarpoxylon hacinensis.
Cueva San Marcos.
La Cueva de San Marcos es un buen molde de árbol fósil colgado a 6 m de altura. Junto a ella y pegados al suelo, también pueden verse moldes más pequeños. Se cree que la cueva pudo ser habitada por eremitas. Se puede acceder a ella escalando la pared, con mucha precaución y ayudándose de varios peldaños que han sido excavados en la roca arenisca. La oquedad tiene unos dos metros tanto de alto como de ancho. A los lados pueden verse unos encajes, lo que probaría que sobre ellos se acoplaba una puerta de entrada. En su interior pueden verse inscripciones y nombres de pastores que se cree utilizaban este espacio para protegerse de las malas inclemencias del tiempo. En la parte más alta de la peña hay un precioso balcón natural desde el que podemos contemplar una gran masa forestal y bellísimas vistas de la zona de Cabezón de la Sierra.
El Robledal.
Uno de los lugares más bonitos para pasear en los alrededores del pueblo. La dehesa es preciosa y está bien cuidada y pastada por las muchas cabezas de ganado ovino y caballar que la habitan todos los días. Los robles son muy bonitos, destacando algunos ejemplares que son más que centenarios.
Lavadero y Humedal de Fuentepeña. La Tetera y el roble de los boyeros.
Construido en 1878, el lavadero de Fuentepeña fue el lugar donde las mujeres del pueblo acudían a lavar la ropa. Dejó de utilizarse prácticamente con la llegada del agua corriente al pueblo en el año 1975.
El humedal de Fuentepeña es un conjunto de 6 lagunas pequeñas y 1 grande, de entre 2 o 3 metros de profundidad, situadas a unos 2 kms del pueblo. Fueron excavadas para salvar una hondonada tapada por sedimentos transportados por el agua. Ha sido recuperado con éxito, lo que lo ha convertido en parada obligada para muchas aves migratorias y en fuente de alimentos para numerosas parejas de cigüeñas que anidan cada año en el pueblo. Junto a los juncos, calizos y espadañas que poblan las orillas de la laguna, pueden verse patos, muchos anfibios e, incluso, alguna nutria.
Hacinas: casco urbano
Además de los ya comentados, el casco urbano del pueblo tiene importantes lugares de interés que merece la pena visitar al comienzo o al final de la ruta (ver http://www.hacinas.es/lugares-de-interes). Resumimos y recopilamos literalmente algunas de las informaciones de la página:
Iglesia de San Pedro (siglo XVII): fue construida sobre otra anterior románica del siglo XII como puede verse por algunos vestigios que todavía se conservan: dos magníficos capiteles incrustados en la base del arco triunfal de la iglesia actual, la pila bautismal del mismo siglo XII, y , probablemente, lo que es la sacristía. En el interior, aparece como iglesia renacentista y restos góticos de tres naves con columnas, arcos y bóvedas estrelladas de piedra. También destacan sus cinco retablos barrocos de 1704. En el exterior, presenta una torre cuadrangular con pilastrones y remate de pináculos, un ábside rectangular con contrafuertes y una portada clasicista con cuatro columnas estriadas, tímpano partido, remate de bolas y, en hornacina, la imagen de San Pedro sedente; toda ella bajo gran arco adornado de entrepaños, como pórtico.
Rollo jurisdiccional: construido en 1573, es un símbolo del poder jurisdiccional de la villa de Hacinas en las causas criminales y civiles. Se erigió para «castigar a delincuentes y facinerosos» en la misma villa. Es de sobrio estilo gótico tardío. Todavía se conserva la argolla.
El castillo: como otros similares en la comarca de Arlanza: Castrovido, Castrillo, Palacios, Pinilla etc…, fue levantado, entre el final del siglo IX y el X, para proteger la zona de las incursiones de los moros toledanos que llegaban al Arlanza desde Atienza y Medinaceli. También debió tener relevancia en el siglo XI en las guerras entre Castilla y Navarra. Se cree que estuvo habitado por el Conde de Monterrey, Señor de Hacinas, hasta el siglo XVIII.
Cueva de los Moros: ubicada en la pared noroeste del castillo, esta oquedad se asienta a 5 metros sobre el nivel del suelo. Se considera cueva-molde de un árbol fósil. Ha sido un escondite frecuentado por los niños y ha servido de excusa de múltiples leyendas.
Sagrado Corazón: esta torre campanario es una espadaña natural de roca arenisca, con una altura aproximada de unos veinte metros, que aparece citada en el siglo XV como «la peña del campanario». A su pie se reunía el Concejo del pueblo. En su parte superior conserva dos arcos de medio punto que en su día alojaron las antiguas campanas. Sobre ellos descansa la imagen del Sagrado Corazón de Jesús, que se colocó en 1951.
Ermita de Santa Lucía: templo modernista que consta de tres naves y bóvedas de yesos, sin valores arquitectónicos destacables, ya que data del siglo XX. Foco de peregrinaciones y de una gran devoción, acoge una de las romerías más importantes de la provincia el domingo anterior a la festividad de San Mateo (21 de septiembre).
Otros lugares de interés: El Baile, Mirador de San Cibrián y varias muestras de arquitectura popular: chimeneas encestadas, potro de herrar etc…
Avisos y recomendaciones
La ruta puede realizarse en cualquier estación del año, pero es muy recomendable hacerla en otoño o en primavera para disfrutar del colorido de los robles. Aunque la ruta es un poco larga, podría hacerse con niños o con grupos de colegiales sin que haya problemas de seguridad.